¿Escribir? No, más bien corregir

 

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Estoy de vuelta de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, luego de tres días intensos, cargados de actividad y emociones en torno a los libros, las palabras. La parte que más disfruté fue escuchar a autores que admiro hablar sobre su escritura, las dudas que conlleva y lo inevitable de ejercerla, las perplejidades que implica. Me llamó la atención la insistencia de varios de ellos sobre el mismo tema: la corrección, la poda de los textos. Aquí, algunos comentarios que se me grabaron:

Fabio Morábito: «Cuando termino la primera versión de un cuento o un poema, el primer borrador, entonces empieza el trabajo de pulir, en una lucha con el lenguaje que muchas veces fracasa […] Escribir poesía es escribir 10 poemas para que, al final, resulte uno».

Isabel Mellado: «El cuento era más inteligente que yo, tuve que darle tiempo para entenderlo y poder aterrizarlo».

Andrés Neuman: «Escritor no es el que escribe, sino el que corrige sus textos. Para mí, escribir es sinónimo de tachar».

Y lo conecto con las palabras de Truman Capote en Música para cocodrilos (Anagrama), que estoy leyendo y abona al mismo concepto: «Al principio [escribir] fue muy divertido. Dejó de serlo cuando averigüé la diferencia entre escribir bien y mal; y luego hice otro descubrimiento más alarmante todavía: la diferencia entre escribir bien y el arte verdadero; es sutil, pero brutal».

Nunca he vivido la escritura como algo fácil, pero me gusta que plumas grandes me confirmen que estoy en lo correcto.

Publicado por Julia Santibáñez

Me da por leer y escribir. Con alta frecuencia.

16 comentarios sobre “¿Escribir? No, más bien corregir

  1. Creo que escribir poesía es mucho más difícil y sí, requiere sin duda un gran trabajo de perfeccionamiento para lograr arte, pero me cuesta llegar a estar de acuerdo con esa idea de que escribir es casi sinónimo de sufrimiento. Puede serlo, es evidente, a ratos, pero la mayor parte del tiempo, por lo menos en mi caso, me reporta muchísima satisfacción. Los lectores son quienes acaban decidiendo si vale o no la pena. Y ni aún así, porque lo que para unos vale la pena para otros no vale ni para llorar. Conclusión: la obra está bien cuando el autor siente que expresa lo que quería comunicar. Para unos eso sólo será posible tras innumerables correcciones mientras que para otros las correcciones necesarias serán menos. Definitivamente, no creo que exista un manual sobre escritura válido para todas las personas que pretenden escribir.
    ¡Abrazos!

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    1. Como dices, Benjamín, cada quien lo vive diferente, pero en mi caso sí que hay una parte de sufrimiento mientras intento decir lo que quiero y (sobre todo) como quiero hacerlo. A veces es frustrante porque el texto no queda, le busco por todos lados y no es exactamente lo que imagino. Claro, en algunos casos eso se compensa cuando logro un texto que me satisface, entonces sí hay una enorme satisfacción.
      En fin, cada historia es propia y lo interesante es que cada quien la viva a fondo.
      Abrazos para ti

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      1. Supongo que te refieres fundamentalmente a tus poemas. Escribir poesía me parece un ejercicio complicadísimo que requiere un grado elevadísimo de compenetración entre el pensamiento y la palabra, no sólo a nivel semántico, sino también estético. Así que comprendo ese sufrimiento, aunque un sufrimiento que debe ser casi adictivo, me atrevo a sugerir. En cualquier caso, el resultado (al menos en los bocados que nos regalas aquí) te aseguro que compensa el esfuerzo. Estoy seguro de que el 99% de quienes se pasan por tu blog opinan lo mismo. El 1% restante tiene problemas de comprensión lectora… 😉

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        1. Sí, me refiero sobre todo a la escritura de poesía, que es lo que yo trabajo en realidad. La ficción, por algún motivo que desconozco, me encanta como lectora pero no para perpetrarla yo. En ese sentido, muchas gracias por tu espaldarazo a los versos que de pronto me atrevo a compartir aquí. A veces los subo con dudas de si ya estarán «listos» o aún les falta ser más podados. En fin, inseguridades de siempre.
          Un abrazo muy agradecido y levemente sonrojado

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  2. Es justo lo que pasa: tener algo en la mente pero no lograr que se traslade a la página escrita con sus mismos ecos y resonancias. De eso se trata tanto el reto como la frustración y, de vez en cuando, la alegría total de escribir.
    Saludos

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    1. Claro, ahí hay un tema: ¿en qué punto se da la «sobrecorrección»? ¿Cuándo detenerse, para no quitarle frescura al texto? Preguntas para las que, por supuesto, no tengo respuesta.
      Abrazos

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  3. Muchos te tachamos de gran escritor. ¿Pero si te «tachamos» dejas de serlo, o lo serás más pulidamente? Y por cierto, no es justo que no creas en Dios si con tus textos nos obligas a creer en él.

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    1. Como en todo, Cristi, quien se cree el cumplido se pierde sin remedio. Así que nada, basta verse al espejo (y ver al espejo lo escrito) para convencerse de que este oficio empieza de nuevo cada día, que hay que trabajar a diario y vencer las inseguridades cotidianas,
      Abrazos

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