Reinventar el diccionario, reto diario

Screen shot 2013-07-02 at 10.35.21 AM«Cada proyecto [que creo] es una oportunidad de reinventar todo el vocabulario que he utilizado, un reto […]», dice el arquitecto Manolo Mestre, entrevistado por la revista Casa Viva (junio 2013).

Un arquitecto es un artista que pone a dialogar el terreno, la construcción, la estética, y debe lograr que cada vez hablen de forma distinta (¿quién quiere que su casa sea igual a la del vecino?). Es similar a trabajar con palabras: en cada nuevo texto se pretende innovar el diccionario personal, evitar lo ya dicho, reformular la sintaxis, buscar un nuevo rostro de la musicalidad. ¿Quién quiere hacer un poema igual al anterior?

Publicado por Julia Santibáñez

Me da por leer y escribir. Con alta frecuencia.

19 comentarios sobre “Reinventar el diccionario, reto diario

      1. No sé bien a qué te refieres con «Borges?» pero responderé desde lo que entiendo: Borges tenía temas torales sobre los cuales volvía una y otra vez pero, como comento más abajo, lo hacía desde distintas ópticas, en nuevos contextos, buscando un nuevo lenguaje para hablar de temas recurrentes. Es decir, de ningún modo creo que pueda decirse que «se repitió», porque incluso en textos que hablan de exactamente el mismo asunto hay exploración, búsqueda, «ensayo» en el sentido más literal de la palabra.

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  1. Pues que razón tienes. Y o se hace, o esto es un aburrimiento. Además, la cosa no es difícil del todo. Vas, ves, bis/vis, vos, bus…
    Saluditos desde Karlsruhe.
    Ah, un 3 de julio nacieron Kafka, y alguien menos conocido pero igual de importante, mi señor padre…

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  2. Me gusta la entrada y estoy de acuerdo, pero quiero agregar que a veces en la actividad creativa hay una necesidad imperiosa para el artista de profundizar en ciertos aspectos formales. Por esto encontramos las «series» o las «épocas» donde se detectan parecidos razonables, estilos similares, temas recurrentes. No debe ser fácil ponerse delante de un lienzo en blanco y decir ayer pinté rojo hoy tengo que cambiar de color, porque el tiempo vital, lo que le está pasando por dentro es absolutamente rojo durante varias semanas… o meses. Y así, reuniendo esos oleajes de subida y bajada, de un color a otro, de una obsesión a la siguiente, de una idea a la que la encadena, de un paisaje marino a uno de montaña, de un libro a otro, se va conformando la obra. Que desde luego tiene que ir cambiando con los años, al igual que la vida.
    Y voy a agregar una cosita más…, no estoy de acuerdo en utilizar la frase «ese artista hace siempre lo mismo» para denostar a determinados creadores. Cuando a mí me gusta cierta arquitectura, cierto pintor y por supuesto cierto autor, cuando las formas y el estilo, las ideas y la poesía combinados de esa manera única me llegan al alma, me gusta seguir observando, leyendo, cosas parecidas. Quiero extraer todo el placer posible a determinadas actitudes artísticas que me han impresionado.
    Y para terminar… (qué pesado! no acaba nunca!) convengamos en que cada uno es bueno en lo suyo. Me refiero a que sí, un escritor profesional debería saber escribir bien sobre cualquier cosa, de ésos hay muchos en los periódicos y hacen un trabajo digno la mayoría de las veces, pero un escritor verdadero, de esos que no saben hacer otra cosa más que escribir, se revela como experto en determinados aspectos (Borges en cuentos y poemas pero nunca pudo escribir una novela, así como probablemente hay novelistas geniales cuyos poemas debieran permanecer en la intimidad de sus escritorios y no ver nunca la luz).
    Saludos, siempre es agradable leer estas palabras a flor de piel, donde publicas cosas interesantes y en compañía de los blogueros tan originales que te siguen.

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    1. Antes que nada, muchas gracias por tomarte el tiempo de escribir, sobre todo porque lo que comentas enriquece la discusión y la amplía. Diré que en principio estoy de acuerdo contigo: quien escribe (o quien crea en cualquier disciplina) no es ajeno a lo que le pasa por dentro. Si está viviendo una temporada roja, asimismo escribirá/compondrá/creará. Aunque aquí añado un matiz: el rojo estará presente, pero con distintos acentos, con otras combinaciones de color, en otros contextos. Es decir, el rojo no se cuestiona, aunque de todas formas existe la búsqueda por expresar toda la casi-infinita gama de posibilidades de esa emoción roja. Ahí entran las series: son variaciones sobre un mismo tema… pero variaciones al fin, porque me parece que la vena creativa lleva implícita la búsqueda. En cuanto a etiquetar a un artista porque «hace siempre lo mismo» coincido y sin embargo también añado un «depende»: me pasa lo que comentas, querer seguir explorando y profundizando en una misma voz artística, siempre y cuando en efecto implique una exploración. Si no hay una reinvención pronto me aburro (también me ha pasado). En el tercer punto estoy absolutamente de acuerdo: zapatero, a tus zapatos.
      Gracias de nuevo…

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      1. Pues sí, tienes razón. A todo lo que yo he dicho, casi seguro que le viene mejor un «depende del caso». Al final va ser verdad que es todo relativo y no hay verdades absolutas.

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      1. Alucinante, ¿qué diría de las Gymnopédies de Erik Satie? esto me recuerda la anécdota de mi librera, que me contó que le habían pedido setenta y cinco centímetros de libros de lomo bonito.

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      2. Por cierto tengo una colección de 33 versiones (33 intérpretes) de las Variaciones Goldberg de Bach. Ocupan unos 3 Gb. Si te interesan o a alguien, mandarme un correo con el vuestro y os las pongo en una carpeta compartida de Box. Lo sé, estoy un poco loco. Y aunque sea un lugar común mis preferidas son las de Glenn Gould (Ay….! acabo de escribir Elliot Gould!!!!! siempre me pasa…, qué vergüenza, menos mal que me dí cuenta a tiempo antes de darle a Publicar)

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