Coactemalan, palabra indígena que significa ‘lugar de muchos árboles’, es una tierra de naturaleza sorprendente. Ahora mismo, en Antigua Guatemala, el verde inunda sin misericordia. De un lado, montañas cuajadas de árboles. Del otro, el Volcán de Agua y más allá, el Volcán de Fuego. Arriba, un cielo tapizado de nubes que no deciden si llorar o aguantarse. Aquí nada conoce las medias tintas. Tampoco los poetas: sus palabras tienen el deslumbre del sol que se trenza en las plantas de café pero también truenan como el cielo, que en un segundo estalla en tormenta y luego vuelve a sonreír. Este poemita pertenece a esta geografía:
«Asumamos la actitud de vírgenes./ Así/ nos quieren ellos.// Forniquemos mentalmente/ suave, muy suave/ con la piel de algún fantasma.// Sonriamos/ femeninas/ inocentes.// Y a la noche, clavemos el puñal/ y brinquemos al jardín,/ abandonemos/ esto que apesta a muerte». -Ana María Rodas, Poemas de la izquierda erótica. Trilogía (Piedra Santa Editorial)
Buenísimo el poema, reivindicativo al máximo!!
Un beso.
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Sí, su pluma es tremenda.
Abrazo
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¡Qué buenos textos! El segundo, en su «telegraficidad» (me das por buena la palabra) es de una potencia aniquiladora.
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De acuerdo, subiré otros textos de ella, es fantástica.
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Dani, Julia: Definitivamente eres una de esas lectoras a las que hay que leer. Saludos! Siempre resulta ameno detenerse un rato ante tu pecera.
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Vaya, qué alegría que lo disfrutes. Un abrazo!
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