El «falso de toda falsedad» y otras nueve joyas político-literarias

El excelso literato (oral) Cuauhtémoc Gutiérrez
El excelso literato (oral) Cuauhtémoc Gutiérrez

Este blog se ocupa de libros y autores. Sin embargo, de vez en cuando se asoma a esa otra forma de prosa oral que cotidianamente producen algunos políticos, artesanos de la palabra, maestros de la metáfora certera que elevan el humor involuntario a la categoría de literatura.

En México, muchos presidentes, gobers (preciosos y otros) además de candidatos han enriquecido la cantera del léxico nacional con expresiones que primero resultaron un escándalo y luego se fijaron en la memoria colectiva, de modo que se han vuelto patrimonio nacional. Hace unos días, un orondo personaje acuñó otra de esas joyas, lo que da motivo para celebrar el enriquecimiento del refranero y recordar algunas de las mejores muestras de folclor político-cómico-literario de los últimos 20 años.

1. «Ni los veo ni los oigo», Carlos Salinas de Gortari tras ser abucheado en el Congreso durante su informe de gobierno en 1994. Al único que sí parecía ver y oír era al Chupacabras.
2. «Comes y te vas», el entonces presidente Vicente Fox a Fidel Castro cuando, en un dechado de buenos modales, le pidió por teléfono no estropearle la Cumbre Monterrey (2002), a la que también asistía Bush. Es la versión moderna del “nomás la puntita”.
3. «¿Y yo por qué?», Fox cuando un grupo armado, contratado por Televisión Azteca, tomó las instalaciones del Canal 40. Al pedírsele que interviniera tuvo a bien formular esa frase extravagante, que si no nos hubiera dado risa nos habría hecho llorar a mares (2003).
4. «Cállate, chachalaca», Andrés Manuel López Obrador a Fox durante la contienda presidencial de 2006, cuando éste lo criticó por su propuesta de bajar el precio de los combustibles. Desde entonces, las chachalacas padecen un silencio depresivo.
5. “Haiga sido como haiga sido, ganamos”, un doctísimo e intachabilísimo Felipe Calderón en respuesta a las acusaciones de fraude en la elección federal en la que fue proclamado ganador, en 2006.
6. «Copelas o cuello», Zhenli Ye Gon, empresario de origen chino al que se le decomisaron 200 millones de dólares en efectivo y quien dijo que el dinero se lo había dado el PAN, para la campaña presidencial de 2006. Hace tiempo no se sabe de él, así que tal vez ya “cuello”.
7. «Qué pasó, mi gober precioso», el empresario textil Kamel Nacif al entonces gobernador de Puebla, Mario Marín, al felicitarlo por el encarcelamiento de la periodista Lydia Cacho, quien había acusado a ambos de pederastia y prostitución infantil (2009). Como se ve, el adjetivo precioso admite incontables lecturas.
8. «Estoy en la plenitud del pinche poder», Fidel Herrera, gobernador de Veracruz, en una conversación telefónica muy plena en la que hablaba de apoyar a los candidatos del PRI durante las elecciones estatales (2010).
9. «¿Tres libros que han marcado mi vida…?», el entonces candidato Enrique Peña Nieto en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en 2011, cuando se enredó y se fue de bruces tratando de contestar la pregunta (dicen que ya se memorizó el título de uno).
10. “Es falso de toda falsedad”, Cuauhtémoc Gutiérrez Nájera, heredero del zar de la basura y hasta ayer líder del PRI en el D.F., a Carmen Aristegui, quien dio a conocer una investigación que lo inculpa de dirigir una red de prostitución desde las oficinas del partido. Es cierto de toda certidumbre que el tipo está hundido entre basura.
(Originalmente publicado en mi blog Deli(b)rios en el sitio web de la revista SoHo)
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Publicado por Julia Santibáñez

Me da por leer y escribir. Con alta frecuencia.

25 comentarios sobre “El «falso de toda falsedad» y otras nueve joyas político-literarias

  1. A veces salirse un poquito del tema central no está mal. Una pregunta y un comentario: Pregunta: El señor ése de la foto que ilustra la entrada, Cuauhtémoc Gutiérrez; ¿Es posible que lo haya visto hoy mismo en una noticia sobre una denuncia por pedido de favores sexuales a sus empleadas? Estoy casi seguro de ello, ya que esa cara de Sr. Papa es difícil de confundir…
    Comentario: la expresión «Es falso de toda falsedad» siendo, como es, una tautología; no es del todo incorrecta. Suele usársela en el ámbito legal como un énfasis, como una manera de evitar la respuesta «sí, es falso; pero sólo en parte». Es el equivalente al «si y sólo si…» usado en la matemática. En lenguaje coloquial ése énfasis es innecesario.
    Cariños.

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    1. Por supuesto, es el mismo personaje lamentable, amigo querido. En cuanto a la expresión, en efecto no es incorrecta. De hecho, la mención tiene que ver con la forma como se fijan expresiones como ésta en el léxico coloquial, en referencia indirecta a un personaje y/o situación que se volvió mediática. Igualmente el «¿Y yo por qué?» o el «¿Tres libros que hayan marcado mi vida?» son plenamente correctas. Gracias por el apunte.
      Abrazo

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      1. Entiendo. Iba a decírtelo ayer, pero lo olvidé: aquí tuvimos un presidente (Menem) que respondió, cuando le preguntaron qué estaba leyendo en ese momento, «Las Obras Completas de Sócrates». Es como para crear una enciclopedia del absurdo lamentable.
        Abrazo.

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  2. ¡Caramba! Por lo que veo/leo los políticos son unos consumados humoristas sin distinciones de países en el que desempeñen sus habilidades (¿?). Y si todo nos quitan al menos el buen humor persiste.
    Saludos y sonrisas.

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    1. Si no me equivoco, en España «cachondo» significa «divertido», ¿es así, querido? Lo pregunto porque en México significa «caliente, deseoso a nivel sexual» y puedo estar entendiendo otra cosa! Todos lo son en la primera acepción: divertidos a pesar de ellos mismos.
      Abrazo

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  3. Qué frenopático, cuando en el futuro se estudien estos tiempos en las clases de Historia se nos tratará de enfermos terminales. Lo sorprendente no es a quién votamos, sino la seguridad de quien vive a abrazado toda su vida al partido que sea (como en una tradición esquizofrénica, Leopoldo María Panero hablaba de esquizofrenia nacional). Está todo tan podrido aquí y allí, por todas partes.

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    1. Así es, delirio puro, aunque me parece que cada vez son menos las personas «fieles» a un partido, al menos en México. Sólo lo son los que comen de él, los que esperan un puesto, los que se benefician de las prerrogativas que ofrece ser político de tal o cual bancada. Es decir, el pragmatismo al poder. Podrido es decirlo bonito: podridísimo.
      Abrazo

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