El deseo, ese huracán

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Hace poco terminé de leer Yo recibiría las peores noticias de tus lindos labios, novela del brasileño Marçal Aquino (Océano), cuya lamentable portada no me apetecía nada. Es lo primero que conozco de él y disfruté pasajes deliciosos como estos:

«Valió la pena ser invadido por una oleada de felicidad, ser tocado por la tormenta. Una vez, en el interior de los Estados Unidos, fotografié un letrero que decía: No one forgets a hurricane. ¿Quién podría olvidarlo? Yo no olvido el mío. Lavinia desnuda, caminando por mi casa en una tarde interminable […]».

Y sí, hay deseos como tormenta, que dejan marcas en todo alrededor. Qué bien que Aquino lo ponga en palabras.

 

 

Publicado por Julia Santibáñez

Me da por leer y escribir. Con alta frecuencia.

7 comentarios sobre “El deseo, ese huracán

  1. La portada me hizo acordar a aquellas publicaciones de los años sesenta o setenta.
    En cuanto al fragmento escogido… pues todos sabemos de tu enorme capacidad como curadora, como arqueóloga precisa que ve en un cúmulo de rocas, el fragmento precioso de una vasija que nos narra toda una historia.
    Sé que va a ser improbable que pueda leer esta novela; por muchos motivos; pero de todos modos me conformo con leer esta entrada, la cual es, en sí, un fragmento de una novela mayor. Si me permites el delirio (que no es tal, como se verá a continuación), si leyéramos todas tus entradas literarias en el orden en que fueron escitas o –a la manera de Rayuela– en un orden aleatorio. veríamos cierto hilo narrativo, cierta coherencia estética. Hay cuatro palabras que podrían resumir a esas entradas o capítulos: sensualidad, palabras, belleza, humanidad.
    Es una novela algo fragmentada, pero muy sugerente.
    Cariños.

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    1. Ay, querido, dices cosas tan bellas que tendré que aumentar al doble el cheque que te envío mes con mes para que me eches flores. =)
      Pues supongo que es normal, los temas que a cada quien interesan no suelen variar y, como señalas muy interesantemente, conforman una narrativa personal, sea de páginas propias o de ajenas pero vueltas propias a través de la lectura. Con qué rica idea me dejas, querido…

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    2. PD No sé a qué deidad se le agradece por lectores como tú, agudos, precisos, inteligentes, que leen entre líneas y definen a quien escribe mejor de lo que uno jamás podría hacerlo. «Sensualidad, palabras, belleza, humanidad» son justo los ejes que me interesa explorar, pero nunca los había enlistado así. Ahora mismo voy a sacrificar un toro para el dios que corresponda, porque mira que ha hecho un trabajo excelso permitiéndome conocerte a través del mundo virtual.

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