No hacemos el amor igual (ni leemos igual)

Fotos: Álvaro Alejandro
Fotos: Álvaro Alejandro

«Sabemos que en un rincón secreto de la biblioteca nos espera el libro verdadero, escrito sólo para cada uno de nosotros», dice Alberto Manguel en Para cada tiempo hay un libro, el espléndido título que recientemente publicó Sexto Piso. Subrayé el pasaje porque como adicta a la lectura tengo más de un libro que es MÍO, no sólo en el sentido de que lleva mi nombre sino que fue escrito para mí nada más. Así de necio es el sentido de pertenencia que generan algunas líneas. Supongo que quien no es lector desaforado pensará que es una estupidez, me da igual.

Nacido en Buenos Aires, Manguel ha escrito varios volúmenes sobre el placer de leer, lo emocionante de meterse en otra piel, lo único de sentirse uno mismo personaje de ficción. Este título va en la misma línea: es una compilación de 12 textos breves sobre la lectura. Incluye experiencias, reflexiones, anécdotas de escritores y lectores, como ésta: «En el siglo V a.C., el joven Alcibíades, visitando un lejano pueblo durante sus periplos en las colonias griegas, dio un puñetazo en la nariz a un maestro en cuya escuela no encontró ni un solo ejemplar de Homero, porque juzgó que el hombre había faltado a su deber intelectual». Qué joya. Y luego están las preciosas fotografías del mexicano Álvaro Alejandro, que dialogan con los textos. En ellas, el libro es cerradura por la cual asomarse, la casa que el caracol lleva a cuestas, el cebo de una ratonera, la sopa que se lleva uno a la boca. Las fotos son creativas pero no sólo: también dicen cosas, construyen realidades en torno a la experiencia lectora.

Total, que Para cada tiempo hay un libro se saborea. Ahí va otro subrayado: «Quienes descubrimos que somos lectores, descubrimos que lo somos cada uno de manera individual y distinta. No hay una unánime historia de la lectura, sino tantas historias como lectores. Compartimos ciertos rasgos, ciertas costumbres y formalidades, pero la lectura es un acto singular. No soñamos todos de la misma manera, no hacemos el amor de la misma manera, tampoco leemos de la misma manera». Y sí, pocos actos tan netamente individuales y con tan clara huella digital como hacer el amor y leer.

(Originalmente publicado en mi blog Deli(b)rios en el sitio web de la revista SoHo).

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Publicado por Julia Santibáñez

Me da por leer y escribir. Con alta frecuencia.

19 comentarios sobre “No hacemos el amor igual (ni leemos igual)

    1. Creo que normalmente es así, un mismo libro habla distinto a un «yo» pasado por los años y las distintas experiencias, sobre todo los clásicos. Decía Italo Calvino que un clásico es el libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir. Me parece que es justo el asunto.
      Abrazo, Eduardo querido

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  1. Qué gran sensación produce encontrar ese libro escrito para uno. Para nada es una estupidez. Te entiendo perfectamente (aunque no sea un lector ni remotamente tan desaforado como tú). Esos libros que sientes como si el autor te los estuviera relatando en persona son los que más se disfrutan. Muy de acuerdo con las palabras de Manguel. Un abrazo fuerte.

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  2. Creo que recordarás aquellas lecturas compartidas –blogs mediante– de Historia de la lectura; libro que me volvió loco, literalmente, durante un par de semanas. De allí mi interés por Manguel (ése fue el primero de sus textos que leí) y veo que no fue larga la espera, aquí ya tengo las primeras perlas. Gracias por compartirlas tan pronto.

    Cariños.

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  3. Sus comentarios me recordaron un aforismo que Lichtenberg escribió en el siglo XVIII: «Cuando un libro choca con una cabeza y suena a hueco, ¿se debe sólo al libro?».

    Abrazotes!

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  4. Cómo me gusta Manguel!!! Supongo que habrás leído Una historia de la lectura. Me apunto este para las futuras compras en la feria del libro en Bs. As.
    A pesar de ser bien distintos nuestros modos de leer y hacer el amor, es increíble cómo terminamos llegando a conceptos parecidos. Siempre les digo a los socios de la biblioteca cuando se quejan de algún libro. Hay un tiempo para cada libro y es un tiempo personal, con su propia historia presente o pasada; incluso, no siempre leemos de la misma manera el mismo libro; o el libro que hoy nos enamoró, mañana nos resulta una porquería, o un poco menos. Uff es un tema que da para tejer una bufanda infinita 🙂
    Así de humanos somos los lectores jajjaja
    Abrazote!!

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    1. Así es, Nélida querida, lo conocí por recomendación de Borgeano. Y por cierto que hace un tiempo platicábamos él y yo sobre lo particular del subrayado de libros. A mí me gusta hacerlo, marcar lo que me «habla» de un libro, y luego cuando regreso años después, sorprenderme de haber subrayado eso, que quizá ya no me dice mucho, y no eso otro, que me parece una revelación auténtica. Como dices, el tiempo de un libro es personal y podríamos aplicarle aquello de Heráclito: «Nadie se baña dos veces en el mismo río». Igualmente nadie lee dos veces el mismo libro, en el sentido de que nunca somos los mismos.
      Un abrazo de lectora a lectora entrañable

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