#MiércolesDePoesía Esos hombres tatuados. Ufff.

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He desarrollado por ellos una leve infatuación. Un jodido vicio, pues. Y si los tatuajes son incorrectos, ni les cuento. Me parecen tremendamente sexys justo porque son perjudiciales, algo que no hace un hombre decente y formal. Así que me sale natural marcar a fuego el #MiércolesDePoesía con éste del autor mexicano Eduardo Casar y titulado, precisamente, «Los tatuajes». Porque sí, el amor también se tatúa en la piel. Feliz y entintado paseo por estos versos.

 

Sucede que yo no me enamoro.

Simple, infinitivamente

me tatúo.

 

Se me quedan

tus manos y tus voces

como una mordedura

permanente.

 

Se me contagia todo

del tatuaje,

la música, el olor

del mar privado,

lo que íbamos a ser

y nunca hicimos.

 

Basta la lluvia

y se me nota todo.

 

-Eduardo Casar, «Los tatuajes», Mar privado (CONACULTA/ Instituto Cultural de Aguascalientes)

Publicado por Julia Santibáñez

Me da por leer y escribir. Con alta frecuencia.

17 comentarios sobre “#MiércolesDePoesía Esos hombres tatuados. Ufff.

  1. Casar fue maestro mío alguna vez de poesía, y al leer este poema ¡zas! fue como morder una magdalena, yo conozco este poema, pero súper que conozco este poema. En realidad lo que más me parece conocido es el ritmo, y sé que por ahí tengo un poema con el mismo ritmo de los primeros versos. Lo que no sé es si se lo copié a Casar o se lo copié a Neruda o a Vallejo, (es de uno de eso s dos)

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        1. En eso estyo querido. Y en cuanto al autocorrector, to también lo odio, aunque a veces se pone poéticos, como el imperativo de esta vez: «bailas esa cúbica». =)
          Besos, besos

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  2. A mi no me gustan demasiado los tatuajes, pero el amor tatuado sí, el que penetra por cada poro y se queda pegado a la piel, al cuerpo entero e incluso al alma. Tatuandome estoy. Me encanto poder regresar por aquí, tiempos revueltos. Besos, bella.

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    1. Creo que E¡esos son los (únicos) amores que valen la pena, queridísima Li, los que marcan de por vida. Qué alegría leerte, de verdad, muchas gracias por pasar.
      Besos incontables para ti, desde una Bogotá que se despierta

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