«Siempre es fácil mirar atrás y ver lo que fuimos ayer, hace 10 años. Es muy difícil ver lo que somos», dice la protagonista de Ve y pon un centinela (HarperCollins), novela de la estadounidense Harper Lee que continúa Matar a un ruiseñor.
Amanezco recordando vagamente la frase, así que voy a buscar el libro a los estantes. Asoma su lomo azul. Lo tomo y busco en las páginas finales. De pronto la frase aparece para mí, me la trago despacio, la leo un par de veces en voz alta. Me pienso hace 10 años, en 2005. Qué distinta entonces, cuántas cosas no sabía pero qué hermoso animal que jalaba una carreta. Ahora que 2015 está por cerrar me pregunto cómo lo veré en 10 años, qué será lo más destacado. Ojalá siga viendo un fuerte impulso por andar.
Leyéndote a menudo estimo que el impulso no te fallará, querida Julia. Felices Fiestas. Que sea esta una noche cálida.
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Gracias, querida Antinomia (¡qué nombre más genial!). Un abrazo fuerte para ti, felices fiestas.
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¡FELIZ NAVIDAD! 🙂
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Enorme abrazo de felicidades para ti, Manoloprofe, gracias por estar siempre. De verdad, muchas gracias.
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Es una frase compleja.»…mirar atrás y ver lo que fuimos…/… es muy difícil ver lo que somos.» La dicotomía ser y estar,¿se puede disociar? Somos y estamos a la vez. Soy el mismo de hace diez años, mis circunstancias cambian, cambian constantemente. Vivimos a la deriva del no ser, y al mirar la vista atrás, no nos reconocemos… me estoy poniendo demasiado filosófico… jajajaja… dejemoslo aquí.
Julia pasa una buena navidad, y sigue caminando!!!
Un abrazo
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No sé, querido Xabier, creo que aunque algunos rasgos y gestos permanecen inalterables, mucho de nosotros cambia con el tiempo. Y está bien. Pero, en efecto, dejando filosofías aparte, que pases buena Navidad. Nos seguimos encontrando en las curvas del camino.
Abrazos!
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No me gustaría verme como hace 10 años… Si de vivir se trata, parar es retroceder.
Un abrazo.
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Sí, coincido contigo, erebo, de ningún modo se trata de frenar el carro, sino de voltear atrás para ver el camino que se ha recorrido y, sobre todo, saber cuál de nuestros muchos personajes lo ha andado. Creo que ese ejercicio ayuda a tener un poco más claras las apuestas sobre lo que viene.
Un abrazo para ti
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Y sí. El manoseado concepto de que «la única constante de la vida es el cambio» sí aplica. No hay más que darle pa’lante. Pero, cosa curiosa, hoy soy la sumatoria de todos los días que me anteceden desde mi nacimiento; soy diferente. Y soy tan igual…!
Un abrazo con cariño y que la vida te conserve la sonrisa y te siga colmando de bendiciones.
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Dicen también que la suma de las partes no es el todo, no es así? Somos diferentes al paso de los años pero tenemos rasgos inamovibles de origen. Claro, a veces yo quisiera poder elegir cuáles de ellos conservar y cuáles tirar a la basura, moldearme como si fuera de plastilina/ masilla. Tal vez algún día.
Un abrazo apretado, Pablo querido, para estas fechas y, por qué no, uno que también las trascienda.
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Ese es uno de los misterios de la vida. Aquí guardo con cariño el calorcito de ese abrazo trascendente…
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Pues… me pusiste a pensar, en muchas cosas estoy mejor y así lo dejamos. Gracias por esta reflexión.
Un abrazo de luz
Te invito a ti y a tus lectores a visitar mi blog
https://aquevineadondevoy.wordpress.com/2015/12/22/que-significa-abrazo-de-luz/
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Somos tiempo y vida, energía de las velocidades del reloj y las campanas en las letras. Detrás el reguero de palabras que al final se ensartarán con polvo y huesos para cualquier noviembre estar en la casa a la espera de un licor y tres canciones.
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«El reguero de palabras», me encanta la imagen. A brindar, pues, que seguimos en el camino.
Un abrazo, Guillergalo.
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