Sí, las amo, las disfruto y las defiendo, tanto las imputables a errores de dedo (me parece sublime que los dedos sean falibles), como las que provoca el autocorrector de Word o del celular.
Apenas ayer una errata volvió a mejorarme un texto: quise escribir «De pronto se aparece el Minotauro» y el autocorrector del iPhone mandó «De pronto se aparece el Minitauro». Nunca mejor dicho.
Aquí, una columna sobre el tema, que me publica hoy el periódico Sin Embargo.
Otro enlace a un texto sobre erratas, en el blog Habladuría.
A veces los correctores funcionan como el subconsciente. Excelente artículo, Julia
Me gustaLe gusta a 1 persona
Tienes un punto, Gabriel. Freud se deleitaría con los autocorrectores, con sus actos fallidos.
Gracias por pasar, un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Excelente pieza, qué lindo escribes, Julia. Muchas gracias, Lo del «Minitauro» me hizo matar de risa
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias a ti por la invitación, queridísima Mónica. Ya ves, eso del Minitauro no lo incluí porque me pasó una vez enviado el texto. Continuará…
Me gustaMe gusta
Un jugoso tema, algún dia alguien debería escribir «el gran livro de las erratas». ¿O no?
Me gustaLe gusta a 1 persona
O el gran libro de las eratas. O el gran libro de las érratas. O el gram libro de las erratas. O…
Me gustaMe gusta
O también puedes confundir «Errata» con «Etarra»…¿No?…Ü
Me gustaLe gusta a 1 persona
Bueno, las erratas son políticamente incorrectas, de modo que supongo que no ponen miramiento para camuflarse en lo que sea, con justicia o sin ella.
Me gustaMe gusta
Más aún: El gran libre de las erratas.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Mejor, sin duda.
Me gustaMe gusta
Aquí va un «divertimento narrativo» (de 2013) sobre otra errata sonada en un libro de Ramón J. Sender:
https://negritasycursivas.wordpress.com/2013/03/29/el-enigmatico-caso-de-la-pertinaz-errata-o-las-barbas-de-la-reina-divertimento-narrativo/
Me gustaLe gusta a 1 persona
Genial, muchas gracias, Josep. Vaya, se va enriqueciendo el tema más, qué alegría.
Me gustaMe gusta