«Feliz Día de las damitas»

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Y de las dulces madrecitas, de las señoritas puras, todo en diminutivo. Pues no, esa fiesta de cumplidos huecos no es mía.

Lo que sí celebro es el Día de la Mujer con cinco letras, de la protagonista de su vida que se inventa mil roles cada día, la que ama de igual a igual y disfruta el sexo ídem, la que no tolera que nadie repita con José Alfredo que soy la estrella inalcanzable (si me corteja), la infame (cuando no le hago caso) o la puta sin perdón (si cogí con otro), porque entre la idealización y la condena sólo hay un paso.

Soy la que no quiere que ningún hombre le agradezca a Dios que existo, porque no salí de la costilla de nadie.

Soy quien este 8 de marzo subraya su facultad de hacer lo que se le antoje con su cuerpo, quien defiende el derecho de las niñas a ser traviesas y locas y tiernas y fuertes, todo al mismo tiempo, sin pedir perdón ni permiso.

Soy quien en nada se siente menos que un hombre, pero asume que este día es necesario para hablar de las mexicanas que no saben que pueden hablar, que el Día de la Mujer es imperativo mientras muchas mueran por el sólo hecho de tener ovarios.

Publicado por Julia Santibáñez

Me da por leer y escribir. Con alta frecuencia.

15 comentarios sobre “«Feliz Día de las damitas»

  1. Argumentos similares a los tuyos (pero no tan bien expuestos) son los que utilizo cuando me encuentro con (sobre todo) mujeres que se victimizan por su condición de tal (ya hablamos de feminismos mal entendidos tiempo atrás) ¿Por qué no elegir como líder o ícono a mujeres que han tenido la fortaleza de ser ellas mismas en lugar de refugiarse en su condición sexual?
    En lo personal me gustan las mujeres que pretenden, quieren y luchan por ser ellas mismas, pero no «en referencia a» un hombre, no, ni siquiera eso; SER ellas mismas, sea lo que fuere lo que eso signifique.. Una conocida frase hecha dice: «Detrás de todo gran hombre hay una gran mujer»; y alguna vez leí un remate perfecto: «Detrás de un librepensador no hay nadie, porque su mujer camina a su lado». De eso se trata, nada más.

    Abrazo infinito a la más grande de las mexicanas.

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    1. De eso se trata, sí, de evitar el movimiento pendular según el cual las mujeres no somos menos que los hombres pero sí lo contrario: lo más fregón que existe en el universo, lo más fuerte, lo más indestructible, lo más de lo más. En efecto, ni adelante ni atrás, al lado. Ojalá pronto sea una realidad para todas, no sólo para quienes tuvimos la suerte (es decir, ningún mérito) de nacer urbanas, de tener educación, de conocer la historia.
      Un abrazo infinito para el más exagerado y entrañable
      de los argentinos.

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      1. El movimiento pendular es casi inevitable en estos casos (podemos tomar como ejemplos los países que han estado sometido a dictaduras político-religiosas, en las cuales al llegar la democracia se produce una explosión de todo aquello que antes estaba vedado, sobre todo eso se nota en el sexo. Hablo del famoso «destape» argentino o español, donde después de las dictaduras veías culos y tetas por todos lados), pero también estamos más maduros que antes y ya eso debería ser tomado en cuenta para minimizar los daños; porque ese «empoderamiento excesivo» de ciertas mujeres hace que se produzca un rechazo en ciertas partes de la sociedad (no necesariamente masculinos).
        Hay que hacer lo más difícil en estos casos: pensar y trabajar. Eso se dice fácil pero no se lo consigue de la misma manera.

        Y sí, sé que soy un exagerado, pero nunca (nunca) lo he sido en este sitio.

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