Para acompañar las horas del día van estos versos de Borges, del siempre necesario Borges. Contagiada por él, veces yo también me lo pregunto.
Lo perdido
¿Dónde estará mi vida, la que pudo
haber sido y no fue, la venturosa
o la de triste horror, esa otra cosa
que pudo ser la espada o el escudo
y que no fue? ¿Dónde estará el perdido
antepasado persa o el noruego,
dónde el azar de no quedarme ciego,
dónde el ancla y el mar, dónde el olvido
de ser quien soy? ¿Dónde estará la pura
noche que al rudo labrador confía
el iletrado y laborioso día,
según lo quiere la literatura?
Pienso también en esa compañera
que me esperaba, y que tal vez me espera.
-Jorge Luis Borges, «Lo perdido», El oro de los tigres, en Obras completas. Tomo 2, Buenos Aires: Emecé Editores, 1974
Eterno Borges, siempre sabio, siempre estimulante.
Un abrazo para ti y para México lindo.
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…en mis vidas de dimensiones paralelas…?,más creo que estarán en mis vidas pasadas y en las futuras; pero seguro, seguro, en lo que hoy no elegí ser…
abrazo cálido desde Argentina,
Gabriela
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Me gusta esa idea de que uno es también (¿más?) lo que no eligió ser o lo que cree que no es o la vida que está seguro de haber esquivado. En fin, en ese terreno movedizo estamos.
Abrazo hasta esa tierra que tanto quiero, por mil y un razones.
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Inagotable, como pocos. Esos versos finales son una puñal que se clava en muchos de sus lectores.
Un abrazo.
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En muchos sí, en el uno que somos todos. Ay, perdón, ando densa…
Beso claridoso.
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El privilegio y los dones del ciego, los encarna Borges con riqueza y certeza.
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Me recuerdas el Poema de los dones, qué soberbio texto.
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«Nadie rebaje a lágrima o reproche/esta declaración de la maestría/de Dios, que con magnífica ironía/me dio a la vez los libros y la noche».
Nada igual ni mejor
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Insuperable.
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Me encanta! Gracias.
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A ti, María, por pasar por acá y prestarme tus ojos.
Saludos y buen fin de semana…
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