Conectar con otros a través de historias

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Estoy en León, Guanajuato, vine a dar un módulo de un diplomado sobre mercadotecnia. Mi tema es (oh, sorpresa) el marketing de contenidos o Storytelling o, por decirlo fácil, cómo las historias han sido siempre y siguen siendo la mejor forma de conectar con otros. Me apasiona su polifonía, su capacidad de tocar, cimbrar, conmover, convencer, siempre a través de la literatura y las artes. En los últimos años, la publicidad ha descubierto su fuerza, de modo que ahora los narradores se han vuelto pieza importante de negocio. No me parece mal. Al final se trata de seguir contando historias y hacerlo de la mejor manera posible, purismos aparte.

Me encontré esto de John Steinbeck, de East of Eden (debo corroborarlo). Me queda resonando en la cabeza.

Publicado por Julia Santibáñez

Me da por leer y escribir. Con alta frecuencia.

11 comentarios sobre “Conectar con otros a través de historias

  1. Pues desde que te he leído la frase también resuena en mi cabeza. Pero tengo serias dudas sobre la, digamos, universalidad de su validez.
    Eso sí, estamos de acuerdo en la importancia de la narrativa en nuestra existencia.

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    1. Me pregunto a qué te refieres con la «universalidad de su validez». Supongo, intuyo que al hecho de que no hay tal cosa como una «universalidad universal». Voy bien o me regreso?

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      1. Bueno, pues vamos a ver si puedo explicarme.
        Pensemos en frases del estilo. sólo se puede escuchar lo que se oye o sólo puede leerse un texto que se ve. Esas son sentencias que podríamos considerar universalmente válidas. Si Steinbeck no iba mucho más allá, es decir, si pretendía simplemente significar que el oyente sólo escucha lo que le interesa, podemos decir que la frase es universalmente válida y que, de paso, es una obviedad.
        Ahora bien, de la frase puede desprenderse que se escuchará aquello que, de una forma u otra, pertenece al universo del oyente a aquello que se relaciona de alguna manera con él, pues detecta conexiones con sus vivencias y maneras de enfrentarse al mundo. Probablemente esto también sea evidente y todos estemos de acuerdo.
        Ahora bien, mi duda radica en que tal vez la atracción por un relato no termine ahí para todos, sino que podamos sentirnos llamados por algo ajeno, por algo que sintamos distante pero que aún así nos atraiga.
        Haciendo un ejercicio de introspección, me inclino a pensar que esto último puede ocurrir o, más concretamente, que a mí me ocurre. Lo que no soy capaz de discernir es si realmente soy objetivo en este asunto.
        De lo que sí soy consciente es de que me enrollo como una persiana, así que disculpa.

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        1. Ya, entiendo. No eres enrollado, lamento contradecirte, Gonzalo: tu pensamiento es bastante lógico y congruente. En cuanto a tu planteamiento, me parece que una cosa (el hecho de que nos atraiga lo distinto) no elimina la otra (que eso que nos atrae pueda ser, con frecuencia, algo contrario a nosotros). Es decir, a veces lo opuesto nos interesa y lo que nos repugna nos genera morbo. En fin, eso pienso…

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          1. Evidentemente. Por eso, volviendo al origen, a la frase de Steinbeck «Si una historia no trata sobre el oyente no la va a escuchar», podemos decir que no es del todo universal. Que hay historias que poco tienen que ver con nosotros (no por oposición, sino por intranscendencia) que nos atraen y, quién sabe, puede que algún día la vida las incorpore a nuestro ser (pero eso es otra guerra).
            De modo similar, hay historias que versan sobre nosotros que sentimos la necesidad de desdeñar, porque recuerdan episodios dolorosos que no siempre estamos en disposición de revivir.

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            1. De acuerdo con ambos puntos de tu exposición, sólo que en me parece que aquello de «si una historia no trata sobre el oyente no la va escuchar» puede ser tan amplio como para incluir estos matices… Lo sé, lo sé, estoy de necia.
              Abrazos, de todas formas.

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  2. Desde que los hombres se reunieron alrededor del fuego para protegerse de la noche y sus peligros (te regalo la metáfora), el contar historias se ha transformado en una clave de nuestra existencia. Estamos de acuerdo en lo importante que son éstas en todo lo referente a la vida humana; pero déjame ser pesimista con respecto al valor que los publicistas pueden agregar a estos asuntos. Sabes que creo que, en líneas generales, creo que la publicidad prostituye todo lo que toca; así que el uso que esa gente le de al acto de contar historias o a la necesidad de la gente de recibirlas no será nunca igual al lugar que las artes les ha otorgado. Si vamos a buscar historias busquémoslas en donde mejor expuestas están: en el arte.

    Abrazo.

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    1. Por supuesto, sabes bien que no propongo sustituir el arte por el marketing, sólo destaco que me gusta ver las muchas posibilidades de las historias y que no, no tengo pudor en enseñar a la gente de marketing cómo contar historias de manera efectiva. Al final, es enriquecer los contenidos, a los lectores y usuarios.
      Abrazos que no discuten.

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