Esta bonitanoticiabonita que ayer compartieron los amigos del Weso (@elwesomx) me deparó una tarde-noche de lo más enriquecedora. Resulta que retuiteé las palabras del prócer de la fe y de inmediato David Miklos (@dmiklos) se puso en sintonía. Y así venga un intercambio de tuits luminosísimos sobre el asunto. Con permiso del respetable (cada vez más escaso dados los tiempos que corren, insisto), al amparo del Cardenal surgió un lujo de frases sobre el pagano ano y sobre la importancia de mantenerlo republicano. Se sumaron también @ÚrsulaCamba y Daniel Sánchez (@danywino), todos igualmente paganos que los de marras.
Ya en la noche tuve una visita de la musa y como resultado di a luz (no, perdón, que no fue por ahí) el siguiente sonetito soberano. Va con dedicatoria especial a los veteranos amigos de este blog. Sea el #MiércolesDePoesía.
SOBRE EL ANILLO DE LA PUREZA
El Cardenal, probo en amor mariano,
por el tema se interesa del ano.
Afirma que lo hizo Dios, ufano,
para dar sin recibir, buen cristiano.
Pero el fiel, mezcla de infiel y gusano
«Amaos los anos a los otros», vano,
obedece con fervor franciscano
cual si fuera instrucción del Vaticano.
Así todos gozan del ano sano
que el Creador confirió a cada paisano
(celebran botaneando Gran Padano)
y el Cardenal le ruega a San Susano
conservar su cuerpo casto y lozano
aunque se diga que le cabe un piano.
Jajajaja, me he reído mucho… Muy bueno.
Te mando esta improvisación
Muy mariano parece el cardenal
con su panza zampona e insaciable;
necesita una puerta infranqueable
que le alivie el empacho intestinal.
Los anos pueden ser un grande mal
ni se aman ni tampoco son amables;
su perfume se torna insoportable
y te deja en ridículo… tal cual.
Un ano sano es una bendición
admite cuanto comas, no protesta
y ventosea libre si hace falta
El cardenal sonríe, con perdón,
el trueno de su ano ya es orquesta
y el piano se mueve en lo que asfalta…
JSopetrán
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Genial, querida Julie! No se puede negar que el personaje inspira.
Abrazos y abrazos no empachados.
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Jajaja jajaja jajaja jajaja por eso te admiro, que barbara, ese soneto es de antología.
Sobretodo el excelso final jajaja jajaj, un abrazote mi querida.
Admiración y respeto para ti
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Con declaraciones tan pero tan sublimes, las musas lo tienen fácil. Gracias, querida, abrazos.
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Apenas lo justo para el «prócer».
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Lo siguiente tendría que ser, claro, componerle un himno a su altura (bajura?).
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Habrá que analizar esos versos y esas charlas por Twitter…
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Están ahí, en el TL de anoche de mi cuenta, Gonzalo. No las copié porque me parecía hacer gala de solipsismo…
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Bueno, quizás lanzar la segunda edición tan pronto sea precipitado. 😉
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Exacto. Gracias al cielo entiendes bien de mercadotecnia.
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Yo por eso me volví luterano! Además ese tipo no cuenta con que existe la mano…de Dios para castigarlo por profano.
Felicidades siempre Julia.
Leo y re- leo tu exigencia de siete puntos como mujer para la Ciudad de México. Sumamente importante. Ya encontraré la forma de comentar.
Saludos
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Gracias, Alejandro, por tu lectura tanto de este divertimento como del otro texto, que se pretende serio, sobre las mujeres y la Constitución de la Ciudad de México. ¡Vengan tus comentarios!
Saludos,
j
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Por suerte estoy solo en esta casa compartida (me refiero a la mía), ya que las carcajadas hubiesen llamado demasiado la atención. El final es soberbio, pero el verso «para dar sin recibir, buen cristiano» no me pareció menos maravilloso. Lo de Julie Sopetrán también me pareció de un gran nivel. Menudos lectores tienes, muchacha…
Abrazos.
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Los versos de Julie son soberbios, sin duda. Celebro tu hilaridad. Oremos, hermano.
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¿A monseñor le cabe un piano? Yo diría que le cabe el caballo Troyano y todo un ejército Prusiano…Ü
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Creo que tu kantiano planteamiento es correcto.
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