Las amo desaforadamante. No a las mujeres, no, a los dulces. Estoy en Morelia, Michoacán. Se supone que vine para hacer promoción de mi libro Ser azar, pero eso es la fachada. En realidad me lancé hasta acá por unas obligadas morelianas, dulce tradicional chicloso, hecho de leche hervida, que me pierde desde la infancia.
Se dice que la dulcería típica de Morelia es resultado de la fusión de saberes culinarios: por un lado, el de las monjas europeas llegadas con la Conquista y, por otro, de las comunidades indígenas de la región.
No sé, lo único cierto es que la vida es más bella con morelianas.
Actualización a las 4:25 pm
La moreliana y yo. Soy feliz.
Uno de mis dulces favoritos de mi tierra, al que se le suma una larga lista, no olvides probar las gomas de rompope o el ate de membrillo, aunque cualquiera es delicioso, saludos 🙂
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Anotadas, las gomas de rompope. Suenan como altamente peligrosas. El ate lo conozco bien y sí, me encanta.
Saludos!
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Tendré que probarlas cuando vuelva a visitar tu hermoso país.
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Son una delicia de chuparse los dedos, de veras, Silvia.
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Un pequeño aviso amistoso. Se dice en las calles que no van a dejarte ir. Hay un movimiento iniciado por un extranjero desconocido que ya va bien encausado y que tiene a muchos que lo secundan. No sé, sólo digo, aunque la verdad es que la idea no me parece del todo mala…
oye, con ese aspecto y esa gorrita neoyorkina supongo que te habrán tomado ´por una auténtica hija de gringolandia…
Abrazos felices.
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Ese movimiento se encuentra secretamente financiado por la de la gorra, dicen.
Otros muchos.
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