Me dijo algo con los ojos y temblé. Me dijo algo con los ojos y temblé porque entendí exactamente de lo que hablaba. Me dijo algo con los ojos y temblé porque entendí exactamente de lo que hablaba y no supe arrimarme palabras para agradecerle, desde lo más hondo, que me amara en lo más quebradizo de mí.
Eso que me dijo con los ojos es de lo más conmovedor que me han dicho jamás. Y se quedó como certeza en el cristal que llevo por dentro.
Estos versos de Andrés Neuman, narrador y poeta (además de amigo entrañable), me recuerdan esa mañana hace unos meses. Me la recuerdan y por eso lo comparto, porque ahora mismo amo la fragilidad de las paredes de una persona y espero que ese amor la fortalezca.
Buen #MiércolesDePoesía.
Casa fugaz
Somos iguales: tienes
la exacta fortaleza
que me hace en parte débil.
Sigue siendo difícil
en la casa terrena desnudarse.
¿Trascender? Eso intentan los solemnes,
como si dominasen el misterio
de habitar hasta el fondo este lugar
sin cederle terreno a las alturas.
Si te toco, artesana,
¿querrás estar aquí enteramente?
Durando en lo fugaz,
así transcurriría nuestra entrega.
Desconociendo cómo,
así nos buscaríamos.
Iguales en la duda. Enamorados
de la fragilidad de estas paredes.
Tomado del libro Vendaval de bolsillo (Almadía)
Hermosísima entrada, toda ella, nos versos y cada palabra. Cómo me identifico con ellas!! Beso de jueves recién estrenado.
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Qué gusto leerte, preciosa, muchas gracias. El jueves se estrena con tu comentario, cómo no.
Abrazísimos.
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Hermoso por donde se lo mire. Hermoso por los cuatro costados, por el piso y por el techo visto desde abajo. Tus palabras, sutiles en ese grito escondido, no son menos poderosas.
Abrazos.
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El poema es precioso, sí, y como comprendes me viene igual que anillo al dedo. Gracias por esa cariñosa lectura entre líneas, que entiende y abraza.
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