- Me parece estupendo que el Nobel de Literatura salgo del ámbito literario. Aunque así lo quieran algunos, la literatura no tiene copyright de los Escritores ni es su territorio exclusivo. De hecho, la literatura fue, primero que nada, música, y Dylan, entre una sarta de genialidades, regresa la poesía a la gente, le quita su aura de hermetismo. Eso lo celebro como si el mundo se fuera a acabar.
- Hace años leí Tarántula, la única novela de Bob Dylan, y la terminé nomás por disciplina personal. No me dijo casi nada y escribí sobre ella: «En torrente se mueve la única novela de Dylan […] suerte de escritura automática con cachos afortunados de prosa y verso […] requiere leerse lentamente, en pequeñas dosis».
- Se le ha alabado y criticado por igual su época panfletaria, pero quien esté libre de panfletos que tire la primera piedra, anuncia San Julio Cortázar desde el más allá.
- Lo vi en el Auditorio Nacional en 2008, cantando «It Ain’t Me, Babe», la mítica «Highway 61 Revisited», «Like a Rolling Stone» y, evidentemente, «Blowin’ In the Wind». Salí con dos convicciones: 1) el tipo es un genio; 2) el tipo es insoportable, instalado en la pose de «me caga ser estrella, sí. Cobro como tal y me vendo como tal».
- Disfruto la perpetua provocación de su personaje, que lo mismo se burla de sí que de quienes lo idolatran.
- Lo que más me gusta de Robert Allen Zimmerman es el homenaje que rinde en su seudónimo al maestro de maestros: el galés Dylan Thomas, quien tocó las raíces de la poesía y cambió para siempre los frutos. Fue el Thomas que escribió: «Los escritores trabajan hacia las palabras o hacia afuera de ellas. Cualquier poeta o novelista que elijas, o bien trabaja para afuera de las palabras o en dirección a ellas. El novelista realista ve cosas, oye cosas, imagina cosas (y todas esas del mundo material o del mundo materialmente cerebral) y luego va hacia las palabras como el medio más adecuado a través del cual expresar esa experiencia».
- Dylan es un enormísimo lector, que digiere obras, las procesa y las regresa en otra forma, con algún dejo escatológico pero casi siempre luminoso. Se le puede leer tan bien como escuchar y eso no es poca cosa. Domina el arte de robar creativamente, es decir, fusiona influencias totalmente ajenas entre sí y crea algo nuevo.
- Su voz no me gusta nada, perdón, pero igual me devoro una y mil veces el monumento que es «Like A Rolling Stone».
Publicado por Julia Santibáñez
Me da por leer y escribir. Con alta frecuencia.
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palabras a flor de piel 
Julia, admiro tu inteligencia, tu formación y el poder de tu personalidad. Disfruto de haberte encontrado en este medio, y a partir de hoy con tu libro «Ser Azar» en mis manos… Un abrazo
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Vaya, agradezco enormemente tus palabras y mucho más todavía tu lectura de Ser azar! Caray, lo mejor que le puede pasar a un escritor es que lo lean, así que me acabas de hacer un regalo inmenso con ese comentario.
Abrazos emocionados.
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Sin ánimo de criticar, a la concesión del premio, claro está. Dylan siempre ha sido un gran berreador (la expresión es de un amigo y compañero de los tiempos de facultad) que ha creado temas que algunos, por los años que llevamos a cuestas, tenemos clavados a sangre y fuego. Y eso no es despreciable.
Luego, en general, el Nobel no es lo que fue. Si don Alfredo levantase la cabeza…
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Me gusta mucho «el berreador», lo dibuja de un trazo. Y luego la importancia de sus rolas en la historia social y personal por supuesto que es destacable, quién se atreve a decir que no.
En cuanto a que el Nobel no es lo que fue también coincido. Desde el momento en que le hicieron el feo a Borges dejan muchas dudas sobre la mesa.
Abrazos.
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Nunca llueve a gusto de todos. Fui fan de Dylan (también de Thomas: and death shall have no dominion, sigue siendo uno de mis referentes poéticos) hasta finales de los setenta. La verdad que después del insulso «slow train coming» dejé de escucharlo. En mi humilde opinión creo que no todo lo escrito por Dylan se pueda considerar poesía. Hay mucho revuelo en las redes y prensa. Tampoco es para tanto. Un premio burgués del stablishment para alguien que se «colgó»en el viento y nos dejó sin preguntas ni respuestas…
Buen post, Júlia.
Siempre nos quedará: a hard’s rain a gonna fall… (es que llevo tiempo que no me quito la lluvia de encima jajajaja…)
Abrazo, querida.
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Claro, no todo vale la pena, pero eso pasa hasta con el más granado, no crees? Y sí, lo burgués del Nobel y lo controvertido del mismo lo hacen cuestionable, pero no me parece mal discutirlo y prestarle atención.
Que la lluvia te deje un poco en paz, querido Xabier. Qué gusto tenerte por aquí, gracias por pasar.
Abrazos soleados.
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Nos dejó la lluvia, y salió el sol.Jaja. La metereología en calma, la poesía humeda por la lluvia metafórica (estoy escribiendo un poema extenso: la noche solo sabe a lluvia…)
Empecé a escuchar a Dylan a la par que traducía sus letras en clase de inglés, uff! de eso hace ya cuarenta años. Siempre hay canciones que te llegan más que otras. Sus letras no son fáciles, hay mucho argot y símbolos muy personales. Esta lindo poder debatirlo en la complicidad de este medio que es la internet.
Abrazos azules
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Yo empecé a oírlo sin saber que lo estaba oyendo, es decir, sin mucha conciencia, porque mis hermanos mayores lo oían. En efecto, varias canciones suyas son difíciles, oscuras, pero otras tienen un primer sentido casi literal, aunque luego escondan otros bajo la manga (¿bajo la maga?). El asunto es que leerlo es tan bueno como oírlo (perdón a quienes aman su voz).
Abrazos de colores.
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Creo que existen verdaderos escritores, a los que no se les hizo un reconocimiento y a Dylan es inmerecido, él es un extraordinario músico, con larga trayectoria, pero un Nobel es demasiado
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Como digo, en lo personal me da gusto y lo encuentro muy bien.
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Yo sufrí con ese Nobel.
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Ha sido muy controvertido, por supuesto, y no descalifico la postura que criticó duramente el que se lo hubieran dado a Dylan. Es más, en algunos puntos coincido con ella.
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