La musa. El muso.

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Se fue Bimba, el más andrógino de los seres, bestialmente atractiva, a quien por azar conocí cuando ella era pequeño (¿pequeña?). Nunca me imaginé que años después iba a moverme su ambigüedad, su capacidad para jugar con los registros y volverse apetecible en todos. Van estos versos para ti.

Amado Nervo, vate mexicano que lo mismo alcanzó elevadas cimas poéticas que escribió versos muy regulares, dejó estos bajo el sugerente nombre «Lubricidades tristes: Andrógino». Los dedicó a un ser poseedor de «virilidades de dios mancebo» y «mustios halagos de mujer triste». Carajo, cómo no iba a resultarle profundamente seductor un ser tan Bimba.

«[…] Yo te amé porque, a trueque de ingenuas gracias,
tenías las supremas aristocracias:
sangre azul, alma huraña, vientre infecundo;

porque sabías mucho y amabas poco,
y eras síntesis rara de un siglo loco
y floración malsana de un viejo mundo».

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Publicado por Julia Santibáñez

Me da por leer y escribir. Con alta frecuencia.

30 comentarios sobre “La musa. El muso.

  1. Amado Nervo… En los años 70´s aquí te lo hacían leer en la escuela primaria. Ahora no sé, pero es posible que algún verso perdure. Lo que sí debo reconocer que no ha perdurado en mí, pero sólo puedo justificarme debido a mi edad.
    Nota al margen: Estuve buscando La casa grande, de Cepeda Samudio, pero por ahora no lo conseguí (al menos aquí en Mar del Plata) Me queda un sitio o dos por visitar. En Mercado Libre he visto que hay algún ejemplar en Buenos Aires a un precio razonable. Si algún familiar o amigo viaja para allí tal vez puedan acercarse hasta ese lugar.

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    1. Cuando vaya a Bs As (tal vez octubre) prometo buscarlo. En cuanto a Nervo, sí, a mí también me lo hicieron leer. En mi infancia, cuando recién descubrí la poesía, me aprendí un par de poemas suyos. Tiene cosas interesantes pero también algunos bodrios, muy decimonónicos pero bodrios al fin…

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      1. Es cierto. Hacían que uno se aprendiera a esos poetas que no siempre eran los mejores. Pero para algunos ésos fueron los únicos poetas a los que tuvieron acceso. Demos gracias por haber podido seguir en la brecha de la lectura y de la busca de nuevos autores. La mayoría de nuestros compañeros quedaron en el campo de batalla.

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  2. «…a quien por azar conocí cuando ella era pequeño (¿pequeña?)»
    Jugar a ser ambiguo no quiere decir que se sea, Bimba era una gran mujer en cuerpo de mujer, en hija, hermana, esposa y madre de dos hijas. En voz, en calidez, en sonrisa, en belleza… en valentía.
    En este día, cuyos restos han sido incinerados esta tarde, despidámosla con todo respeto y cariño.
    Gracias.
    Un abrazo.

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