Una banda de escorpiones me persigue

Hace noches tuve de visita a este escorpión (¿alacrán?). Mi hija lo vio quieto sobre una pared, sin hacer ruido, esperando con ese garbo que no pide perdón. Me aterra y me fascina esa belleza terrible (perdón por la doble redundancia).

Por alguna razón, últimamente he tenido muy cerca a personas de ese signo y una banda de escorpiones se me ha aparecido también en un sueño y en lecturas, como en este pasaje soberbio de la colombiana Laura Restrepo, de su novela Pecado, donde habla un sicario sobre una zona peligrosa de la ciudad: «Ahora El Cardo es un moridero, un penúltimo círculo del infierno. Un roquedal infestado de alacranes que copulan y se multiplican alevosamente, prendiéndose los unos de los otros hasta formar esculturas inquietas, arrecifes vivos que el viento descuelga en racimos de los muros de piedra». Qué imagen más brutal.

Y, claro, esto del inglés Malcolm Lowry, en ese monumento que es Under The Volcano: «A curious bird is the scorpion. He cares not for priest nor for poor peon… It’s really a beutiful creature. Leave him be. He’ll only sting himself to death anyway». [Aquí va una traducción que encontré en Internet, sin nombre del traductor: «Curiosa ave es el alacrán. Le da lo mismo el cura que el pobre peón… Realmente es una criatura hermosa. Déjalo. De cualquier manera morirá por su propio aguijonazo»].

Escribí hace tiempo un poema inspirado en esta cita de Lowry y otro, donde figura un alacrán. Ahora estoy trabajando un tercer poema sobre ellos. Ya que una banda de escorpiones me persigue, algo debo decir al respecto.

Publicado por Julia Santibáñez

Me da por leer y escribir. Con alta frecuencia.

21 comentarios sobre “Una banda de escorpiones me persigue

    1. No me quites el gusto de llamarles escorpiones, es más místico y suena más bonito que «alacranes».
      Aunque me gusta su arquitectura, prefiero no conocer en carne propia un piquete.
      Abrazos tronados.

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  1. Yo me moriría de miedo. Apenas veo una araña y ya voy dando gritos. Brutal, como dices, la imagen del primer fragmento, hermosamente escrito. Tendré que hacerle un poema a la araña para borrar mis terrores? Abrazo sagitariano. Muak!

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  2. 1) hace unos meses me puse una camisa (negra) y de la manga de ella cayó un alacrán. Pánico (era la primera vez que veía uno) y suspensión de salida. me dediqué a limpiar todo, hasta el último maldito rincón.

    2) También soy escorpión, pero supongo que no cuento porque a cuatrocientos kilómetros de distancia soy inocuo.

    3) no sé si vas a creerme, pero sabes que suelen ocurrirme cosas curiosas. Hace dos semanas fui a una cafebrería donde un amigo presentaba un libro. Había un ejemplar de Bajo el volcán, volumen que abrí al azar y donde leí precisamente la cita que nos dejaste (lo recuerdo porque eso de «curiosa ave es el alacrán» me hizo sonreír; sobre todo porque en Argentina tenemos una expresión popular que dice «De las aves que vuelan me gusta el chancho (cerdo)».

    $) si necesitas ayuda para eliminar esas plagas tú dime y estoy allí en menos de lo que canta el gallo (Esto se está convirtiendo en un zoológico completo; será mejor que me vaya de aquí).

    Abrazo.

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  3. Soy feliz cuando leo tu bitácora. Cuando abro el enlace me entusiasmo como niño que entra en tienda de juguetes porque sé que leeré algo nuevo y divertido. No pierdas la alegría por nosotros-

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  4. Ups! creo que entiendo algo. Entre Monterrey y mi ciudad existe un think tank del tamaño del mundo. Yo mismo intento liberarme de su abrazo posesivo de boa conscriptor. Mi parentela ya no sabe si sentirse feliz o matarme a palos. La historia de Caín y Abel repetida por enésima vez que hace exclamar a los predicadores evangelistas: «El Diablo está en tu familia». Paciencia por el momento.

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