Hoy, en México celebramos el Día de Muertos y, con él, las calaveritas: poemas cortos y rimados en los que se cuenta el desenlace de una persona.
Aquí va una mía:
«¡Ya me urge ponerme a escribir!»
gritó Julia, la paciente,
«¡que siento a la musa venir
y no a una falsa pariente!”.
La queja debió interrumpir
pues llegó la parca sin dientes,
celosa del genio a morir:
a la autora tan sonriente
de porrazo hizo sucumbir
y a sus versos, ocurrentes.
Muy linda esa calaverita de la autora tan sonriente.
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Muchas gracias, Ana de mis cariños. Uno a veces se divierte escribiendo estas gracejadas.
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Yo no me río de mi muerte
si no de mi mala suerte.
Que la parca es traicionera
por eso no la quiero de compañera.
Abrazo
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Vivan las calaveritas y los calaverados, como nosotros.
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No hay que meterse con la flaca calaca Julia. abrazo y rosas
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