#MiércolesDePoesía El recelo que Dios puede generar

Imagen de Juan Yanes
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Con Dios se puede tener una amistad o una relación tensa, difícil. El segundo es mi caso: luego de unos ocho años de fe desbordada llevo muchos más años de distancia, recelo.

En los días «santos» suelo recordarlo y casi siempre me viene a la mente este soneto de la mexicana Concha Urquiza (1910-1943). Está tejido en voz del personaje bíblico de Job a quien, según la Biblia, el Creador dejó en manos del Demonio para que este probara su fe dándole enfermedad, muerte de sus hijos, pobreza y desgracias. En los versos, Job se refiere a Dios como quien orquestó las calamidades, lo despojó de risa y «cubrió de tinieblas mi morada».

El soneto deslumbra y pone palabras a la indefensión frente a lo inmenso, lo aplastante de lo desconocido.

Sea el #MiércolesDePoesía.

Job

«Él fue quien vino en soledad callada
y moviendo sus huestes al acecho
puso lazo a mis pies, fuego a mi techo
y cercó mi ciudad amurallada.

Como lluvia en el monte desatada
sus saetas bajaron a mi pecho;
Él mató los amores en mi lecho
y cubrió de tinieblas mi morada.

Trocó la blanda risa en triste duelo,
convirtió los deleites en despojos,
ensordeció mi voz, ligó mi vuelo;

hirió mi tierra, la ciñó de abrojos
y no dejó encendida bajo el cielo
más que la oscura lumbre de sus ojos».

Concha Urquiza, «Job», Sonetos bíblicos, en Prosas y poemas

Publicado por Julia Santibáñez

Me da por leer y escribir. Con alta frecuencia.

5 comentarios sobre “#MiércolesDePoesía El recelo que Dios puede generar

  1. El soneto es una maravilla (y mi forma poética preferida) de esos que bien pueden disfrutarse por la forma y nada más. Gracias por proponerlo. De Job, siempre me llamó la atención el que aún despojándole de todo no tocasen a su mujer que, cual tábano, no dejó nunca de joderle la marrana.

    Me viene a la memoria comentarle una cosa sobre un artículo que leí hace un par de años: un análisis de su «rabia de vida/rabia debida» desde una perspectiva cristiana. Se me abrieron las carnes porque un poco me rebotaba la descripción de usted como alguien de «militancia evangélica desde joven»… al punto de no dormir esa noche. Cosas que pasan.

    En estos días de pescado y huevos de chocolate le deseo mucha pasión y des petites morts… y por supuesto la mejor de las resurrecciones.

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    1. Adoro el soneto y, coincidencias de la vida, también es mi forma poética favorita.
      En cuanto a su observación: entiendo que le rebotasen las carnes, a mí misma me sucede cuando recuerdo aquellos años de militancia desaforada. En fin, la vida depara sorpresas.
      Le deseo similar bonche de cosas buenas, en exceso.

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