«Las felicidades repetidas suelen ser fruto de una ascesis. No en el sentido cristiano de ‘privación’ sino en el sentido etimológico del término, derivado del griego askesis, que significa ‘ejercicio’. La felicidad no se decreta, no se convoca, sino que se cultiva y se construye poco a poco, a lo largo del tiempo».
Christophe André
Me suena, me cuadra, me emociona entender la felicidad como un músculo a desarrollar, una habilidad que se puede perfeccionar. A darle, pues.