En esta noche de domingo, voces grabadas hace años a cientos de kilómetros ponen en palabras y ritmo lo que estoy pensando. Para qué expresarlo de otro modo si ya está tan bien dicho:
«No hemos inventado nada
las caricias y los besos
son igual que los demás.
No hemos inventado nada
ni los cuerpos, ni los huesos,
ni los brazos de abrazar.
Pero a pesar de que no hay invento
día a día me creces dentro
día a día, porque te quiero
siempre estoy atizando el fuego».


Estos versos me fascinan… gracias por regalarlos.
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Gracias por pasar por aquí. Conocí tu blog por intermediación de Borgeano y me quedé en él por tus textos, impecables todos. Saludos…
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