Hueco con forma de un amigo

Imagen 2

Me despierto conmovida, con la piel de gallina. Soñé que estaba de viaje con amigos, como un regalo personalizado de la vida. A unos los reconozco claramente pero otros no sé quiénes son ahora que estoy despierta, aunque en el sueño había gran familiaridad. Ignoro dónde estábamos y tampoco recuerdo qué ocurría, sólo me quedó la sensación de ser querida, de querer mucho a «mi familia elegida», mis amigos entrañables.

Lamento tanto haber perdido a algunos por el camino, por circunstancias que pusieron mundos entre nosotros. Uno de ellos aparecía en ml sueño, de espaldas, sentado a la distancia; quería acercarme pero se alejaba cada vez más. Hace tiempo no sé de él, quisiera encontrarlo para decirle cuánto extraño nuestro intercambio de palabras, emociones y textos, que de verdad deseo que un día podamos retomar la conversación interrumpida. Vayan mi sueño y este post como homenaje al hueco que dejó.

Publicado por Julia Santibáñez

Me da por leer y escribir. Con alta frecuencia.

4 comentarios sobre “Hueco con forma de un amigo

  1. Danioska importante y sentidas tus palabras! Yo me pregunto si realmente se pierden esos amigos,amigas o si no, es mas bien una forma diferente de llevarlos con nosotros. En lo personal nunca los he perdido. Si se han alejado la esencia de nuestra relación ha perdurado. Si no ha perdurado ha sido sencillamente porque no ha sido una verdadera amistad o yo he cerrado mi puerta. Me encanta lo que escribes,dicho sea de paso !

    Me gusta

  2. Muchas gracias por pasar por aquí! Entiendo lo que dices pero es que a veces (en este caso, por ejemplo) quisiera de pronto poder conversar como antes, como siempre, y mi amigo querido no está al alcance. A ese extrañamiento me refiero. En fin, espero un día poder charlar con él de nuevo ante «vaso de bon vino», como escribió Gonzalo de Berceo.
    Saludos…

    Me gusta

  3. Entrañable remembranza, Danioska. Al contrario de lo que opina el amigo vatelechuza, creo que sí se pierden esas amistades; ello es algo inevitable, la vida nos va llevando por diferentes caminos y no tenemos demasiadas opciones al respecto. Sé que esto que digo no es muy optimista, pero debo ser consecuente a mis ideas. Esas personas tan queridas a las que hoy no tenemos con nosotros (por la razón que fuere), perviven en nuestra memoria, sin duda, pero no nos hes posible decirles lo que nos sucede ahora, o decirles cuánto las queremos o extrañamos, como bien tú haces notar.
    Al respecto me gustaría dejarte un poema que siempre me acompaña:

    ¿Hubo un Jardín o fue el Jardín un sueño?
    Lento en la vaga luz, me he preguntado,
    casi como un consuelo, si el pasado
    de que este Adán, hoy mísero, era dueño,
    no fue sino una mágica impostura
    de aquel Dios que soñé. Ya es impreciso
    en la memoria el claro paraíso,
    pero yo sé que existe y que perdura,
    aunque no para mí. La terca tierra
    es mi castigo y la incestuosa guerra
    de Caínes y Abeles y su cría.
    Y, sin embargo, es mucho haber amado,
    haber sido feliz, haber tocado
    el viviente Jardín, siquiera un día.

    Me gusta

Replica a Borgeano Cancelar la respuesta