Amanezco con una canción en la flor de los labios. Sublime. Inmejorable. Esto es poesía, carajo:
“Todas las mañanas entra por mi ventana el señor sol.
Doy gracias a Dios por otro día más.
Hoy como otros días yo seguiré tratando ser mejor
y sonriendo haré las cosas con amor.
Buenos días, alegría.
Buenos días al amor.
Buenos días a la vida.
Buenos días, señor sol”.
La compuso el Juan Gabriel que llevo dentro, el que es mi alma hermana, la mejor parte de mí misma. Ok, para no faltar a la verdad se imponen un par de precisiones: no necesariamente trato de ser mejor ni forzosamente hago las cosas con amor. Y no, tampoco la compuse yo, pero da igual. Lo demás, en una liencia poética, lo dejo en su versión original. Porque sí, amanecí tan de buenas que llevo a mi Juanga por estandarte.