Must be the whiskey,
Look what we’ve just done.
Must be the midnight
Covering the sun.
Must be the violin
Oh, that thing that you can bring to me.
Must be the whiskey.
Un buen Scotch tiene su encanto. Y sus demonios. Y una promesa bajo la lengua.
Nacida en Austin, Texas, y de ascendencia mexicana, la cantante Carrie Rodriguez aprendió a tocar violín a los cinco años y a los 10 años ya se había presentado en el Carnegie Hall, como parte de un grupo musical. Tiene varios discos en su trayectoria, entre los cuales está Red Dog Tracks, realizado con el cantante y compositor Chip Taylor, mismo que dio a conocer en 2015. A ese disco pertenece «Must Be The Whiskey», esta ricura que no puedo dejar de oír. Porque sí, el whisky tiene la culpa de muchas cosas.
Siempre hay güisquis para echarles la culpa…
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Por Fortuna, que si no…
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