La obsesión por aquella mujer fue un yerro en su cabeza. Al final, para honrarla se clavó un hierro en la cabeza.
Y un poquito más adentro
La obsesión por aquella mujer fue un yerro en su cabeza. Al final, para honrarla se clavó un hierro en la cabeza.
Me da por leer y escribir. Con alta frecuencia. Ver más entradas