Soy una yoga freak

Acabo de cumplir año y medio haciendo Bikram yoga. Este idilio mío con «las posturas» empezó por curiosidad, por probar algo que sospechaba me gustaría. Poco a poco fui encontrando beneficios físicos y mentales, al grado que a los tres meses de haber pisado un salón de yoga me di de baja en el gimnasio, convencida de que lo que más quería era seguir flexibilizando mi cuerpo, aquietando mente y emociones.

¿Qué ganancias me ha dado? La posibilidad de «no pensar» durante la hora y media que dura la clase, y eso es mucho para mentes obsesivas como la mía, que analizan por dos horas una discusión de cinco minutos. También flexibilidad y fuerza físicas como no recuerdo haber tenido y la conciencia de que el trabajo con mi cuerpo puede/debe tener una correlación con mi mente. Es decir, conforme desarrollo fuerza y flexibilidad emocionales con yoga y meditación, mi vida se va volviendo más armónica. Si un problema está a punto de sacarme de balance respiro hondo y trato de pensar que si puedo con las durísimas clases puedo con lo que sea. Y en general así es.

Publicado por Julia Santibáñez

Me da por leer y escribir. Con alta frecuencia.

6 comentarios sobre “Soy una yoga freak

    1. Me resulta complicado pero cuando lo logro es fantástico, liberador, recargador de energía. Ampliamente recomendable si eres (como creo) una mente obsesiva similar a la mía…

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