Aquí voy, a compartir más texturas encontradas a diario, que por instantes fragmentan el tiempo, hacen a los dedos imaginar que rozan un borde o una rugosidad casi incómoda. No sé si se me cruzan muchas en el camino o si mi ojo las busca sin advertirlo, lo cierto es que ahí están. Y las disfruto.
Cortázar decía del poema que es la «petrificación de un extrañamiento». En ese sentido, me resultan versos visuales que petrifican segundos extrañados.





Una prueba de que los poetas concretos no inventaron nada (sin menospreciar sus trabajo, por supuesto; el que algunas alegrías me han dado). En uno de los cuadernos de notas de Leonardo, éste detalla cómo ve figuras en las paredes descascaradas del lugar que habita.
La belleza está en el ojo que ve, que se permite ver.
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Muy lindo lo que dices sobre la belleza del ojo observante. Me recuerda que, según Platón, la luz interna del ojo es la que permite ver. En cualquier caso creo que sucede algo similar en todos los ámbitos: uno lleva a cuestas su propia lectura del mundo, lo que de muchas (o todas) formas marca la manera de aproximarnos a cada hecho. Ahora que lo pienso es pura teoría de la recepción literaria, Jauss en todo su esplendor!
Abrazo
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La vida es el la suma de pequeñas cosas que, si las apreciamos, podremos apreciar mejor la vida. Solo alguien con especial sensibilidad puede observar lo que para otros pasa desapercibido. ¿Quien más que una mujer y además con la vena poética? Un abrazo
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Gracias por tu comentario y sobre todo por pasar por aquí a compartir algunas palabras.
Saludos…
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Dicen que la mente siempre encuentra lo que esta buscando, y cuando la percepción de nuestra visión se enfoca, la magia de la vida nace!!
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Así mismito me pasa con esto de las texturas…
Saludos!
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