En medio de una fiesta cargada de buenas vibras con compañeros de la oficina, una mano misteriosa (para mí, no para su dueño) tuvo a bien sustraer mi iPhone, comprado hace apenas un mes. Contemplo varias posibles reacciones:
1. sentirme víctima de la vida (no me apetece para un día 13);
2. mirar con suspicacia a todo colega que cruce por mi camino (desgastante y poco efectivo);
3. mentar madres mientras golpeo la almohada (ella no tiene la culpa);
4. respirar hondo y tirar pa’lante (un poco mejorcito para este jueves).
Creo que optaré por la última: ninguna de las cuatro me devolverá mi iPhone pero al menos esta tampoco comprometerá mi hígado.
Ho’oponopono «estoy desolada, te id perdon,gracias,te amo» Conoces esa filosofia?? En muchas situaciones del diario vivir hace mucho bien. Serenidad Danioska!
Me gustaMe gusta
No, no la conocía pero aplica bien! La que suelo aplicar es la filosofía del «Ommmmmmmm» y esta no es la excepción…
Saludos
Me gustaMe gusta
Me has arrancado una sonrisa, J; y no por lo que te sucedió, sino por la forma en que te lo tomaste. Sin duda la cuarta opción es la mejor, pero no necesariamente debes detenerte en esas cuatro. ¿No te apetece jugar un poco a Sherlock Holmes? Quizá no, hoy; o no mañana, pero seguro que algo podrás averigüar…
Comparto tu cariño por la filosofía del Ommm.. (Buda siempre me pareció más encantador que Jesús y ni qué hablar de Mahoma), pero nunca está de más intentar saber a quien tenemos al lado (además, para que no paguen justos por pecadores).
Cariños y, a falta de iPhone, en la oficina canta a toda voz, cuando te digan algo, diles que es culpa de «El ladrón de iPhone» (título para un cuento adolescente).
Me gustaMe gusta
Pues sí, el Ommmmm es harto más saludable que hacerse mala sangre. En fin, «en todos lados se cuecen habas» dice un dicho (no sé si sea mexicano), que quiere decir que a todos nos pueden pasar cosas negativas incluso donde menos imaginamos, nadie tiene la patente. Y hacerla de Sherlock Holmes está bastante complicado, no sabría ni por dónde empezar y seguramente conseguiría poco. Lo dejo así y a lo que sigue.
Me gustaMe gusta
¿Será que las lecturas similares nos empujan a tener las mismas ideas? Porque iba a empezar el comentario con el dicho que citas. ¿Inconsciente colectivo? Necesitaríamos a un nuevo Carl G. Jung para que nos explique un poco lo que sucede.
Pues está bien, como tú dices «a lo que sigue».
Cariños.
Me gustaMe gusta
Muchas gracias por tu cascada de comentarios de hoy y tu paseo por posts antiguos. Abrazo
P.D. Si encuentras al nuevo Jung, mándame su celular porque tengo un montón de preguntas que hacerle.
Me gustaMe gusta