De por qué el futbol a veces hace llorar

Imagen 4Domingo. 8 am. Torneo de futbol de la personaja adolescente: unos 20 equipos de chicas disputan la copa. El año pasado, ella y sus amigas quedaron en un honrosísimo segundo lugar. Esto año no van tan bien: ayer perdieron dos juegos, en éste esperan recuperarse. En las gradas, papás y mamás animamos al equipo. Comentamos que de jóvenes nunca hubiéramos imaginado que el futbol femenil se volvieran tan popular, pero lo celebramos.

De pronto, en una buena jugada la personaja anota un gol en el ángulo de la portería. Vienen gritos, celebración, abrazos de sus compañeras. Luego ella voltea a las gradas, buscándome con los ojos: me señala y sonríe con toda la boca, dedicándome el gol. ¿Cómo explico que esta mamá cursi vio el resto del partido limpiándose los ojos?

(Por si alguien tenía curiosidad: ganaron 4-1 pero no lograron pasar a la siguiente ronda).

Publicado por Julia Santibáñez

Me da por leer y escribir. Con alta frecuencia.

10 comentarios sobre “De por qué el futbol a veces hace llorar

  1. Vaya vaya. A ti lo que te gusta no es el fútbol, sino que tu hija disfrute y que mientras lo hace y en su punto culminante -en este caso el gol-, se acuerde sobre todo de ti. A partir de ahora serás una ferviente hincha de este deporte, que por otra parte tiene su aquel. Felicidades por partida doble.

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    1. Eres muy suspicaz, jeje… Pues sí, en general de futbol entiendo poco y me gusta menos, pero por ella voy captando cada vez más. Lo que me emocionó fue que en plena adolescencia, enfrente de todas sus amigas y amigos espectadores, me dedicara su gol. Recordé que, a su edad, cuando mi mamá me llevaba al colegio yo le pedía que me dejara en la esquina, para que mis amigos no me vieran con ella. Vaya contraste afortunado para mí.
      Gracias…

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  2. Vaya, vaya; por lo que recuerdo se nota que tu hija tiene pasta de goleadora (la vez anterior había metido los tres o cuatro con los cuales ganaron, si mal no recuerdo). Y sí, es como para moquear de lo lindo. Uno pocas veces es tan feliz como cuando ve (y en tu caso recibe de una manera tan inequívoca) felicidad en nuestros hijos.

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    1. Es una gran goleadora: no quiero pecar de mucha soberbia (sólo de un poquito) pero las cuatro anotaciones de ese partido fueron suyas. Los comentarios al post me han reivindicado conmigo misma: no soy la única cursi. Gracias.

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      1. Eso es cursi cuando se ve en una película o algo así, nunca en la vida real. Lo kitsch o cursi en una película o telenovela proviene del hecho de que se intenta manipular un sentimiento (ay, como sufre la pobre campesina… O como en las viejas Selecciones del Readers Digest: ¡no te dejaré morir, mamá! (título real que leí en mi infancia y que nunca olvidé) o «cómo sobreviví en la tundra canadiense ¡Y sin manos! Título inventado pero no lejano a la realidad); cuando el sentimiento es real, no hay en él nada de cursi.

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