Leer = salirse de la cadena de producción

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A la pregunta de por qué los jóvenes leen cada vez menos, Junot Díaz (escritor estadounidense/dominicano y ganador del Pulitzer 2007), da este aguda respuesta:

«… Cada vez que un joven abre un libro es tiempo que pasa sin pulsar botones, sin entrar en Facebook, sin pedir papel higiénico por Amazon. Si a una chica o a un chico les da por leer poesía, se salen (sic) de la cadena de producción de dinero y obtención de beneficios. A las corporaciones les resulta insoportable la idea de que nadie le dedique a una novela las 20 o 30 horas que exige su lectura».

(entrevistado por El País Semanal, 28 de abril de 2013)

Su lógica implacable me deja helada. Muchas veces he pensado que leer es un acto revolucionario porque afirma la libertad, alimenta la imaginación, permite rebasar la propia experiencia y enriquecerla con otras, democratiza, fortalece la tolerancia. Ahora tengo una razón más para creerlo.

Publicado por Julia Santibáñez

Me da por leer y escribir. Con alta frecuencia.

16 comentarios sobre “Leer = salirse de la cadena de producción

  1. amiga mía… en cuba no gozamos de una conexión masiva a internet y los que tienen no es ni mucho menos banda ancha… y los jóvenes leen cada vez menos… no estoy desmintiendo ni demeritando tu comentario o el del junot porque al fin y al cabo el mundo no es como nosotros somos -me refiero a los cubanos-… solamente digo que en una sociedad donde no se dedica tiempo a la internet también se lee menos… las causas pueden ser entonces más diversas según contextos aunque el fenómeno sea el mismo… saludos…

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    1. Tienes razón y tu comentario es muy atinado: el decremento de la lectura en cada país/sociedad obedece a sus propias causas. Lo que es innegable es que está sucediendo y resulta preocupante. ¿A qué crees que se atribuye en un país tradicionalmente lector, como Cuba?
      Saludos,

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      1. el evento cultural más grande de la isla es la feria internacional del libro que es anual y en febrero, dedicada a un país diferente… ese país trae publicaciones y escritores a la habana sobre todo… en otras provincias la feria se vive diferente, no hay publicaciones de editoriales extranjeras y casi todo es cubano pero muchos títulos codiciados por los lectores solo se ven en esta oportunidad… en total la feria recorre cada capital provincial y se venden muchos ejemplares, aún así, luego que pasa no hay otro evento parecido y se lee cada vez menos…

        en el caso cubano pienso que hay varios factores que han motivado al decrecimiento de la lectura… la lectura es un hábito y es más difícil –no digo que imposible- que un niño se interese por la lectura si en su casa no hay libros y los abuelos o los padres o los tíos no leen nunca… el factor económico es importante en cuba donde la pirámide de posibilidades económicas y superación profesional está invertida desde mitad de la década de los 90 del siglo pasado y no ha logrado recuperarse… o sea, quienes tienen dinero son por lo general personas de bajo nivel y los profesionales que tienen la preparación y la posibilidad de transmitir el hábito no pueden darse el lujo de comprar libros que son por lo demás bastante caros… hablo de manera general, por supuesto que hablo de una sociedad y ninguna es tan monolítica en ningún aspecto, este es solo mi criterio general pero no quiere decir que sea absoluto… entonces está lo económico y social: libros caros y profesionales con poco nivel adquisitivo que necesitan cubrir otras necesidades…

        otro factor importante es la crisis que sufrió la educación cubana resultado de la crisis de los 90 además, muchos profesores emigraron a otros sectores y la escuela decreció en su nivel de influencia y recordemos que la lectura y el estudio están estrechamente vinculados y además las nuevas tecnologías o maneras de acceder a la información… en cuba no hay una conexión masiva a internet pero se han dispersado las enciclopedias portátiles y portables incluso con variantes cubanas y es más fácil dar un clic para buscar la biografía de un héroe o un hecho histórico que ir a la biblioteca como cuando yo era niño a buscar en los libros… no estoy en contra del desarrollo en ese sentido pero el copy paste nos hace mucho daño en el hábito de leer y además de esforzarse en investigar y llegar a un resultado… muchos padres se llevan el texto para el trabajo, lo imprimen bonito, se entrega y ya… al final el niño ni leyó, ni lo pasó a mano, ni resumió y todo eso son actividades que se entrenan para la vida… parece que no es importante pero el ir a una biblioteca acerca a los libros…

        y claro, a nuestro modo, también influyen en los niños los juegos electrónicos de cualquier tipo que han venido a opacar no solo la lectura sino también los juegos tradicionales que se han ido perdiendo poco a poco…

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      2. Muchas gracias por el tiempo invertido en una respuesta con varias aristas. En efecto, el problema es complejo, no sólo en Cuba: el pobre lugar de la lectura en casa, los bajos salarios de la población, la poca influencia de la escuela, la facilidad para «resolver» tareas escolares con un click en vez de acudir a un libro, el boom de los juegos electrónicos son todas circunstancias comunes a México y, me atrevo a decir, a América Latina. Claro, Cuba tenía un sistema escolar fuerte hasta los 90, cosa que no se puede decir de México, donde la educación lleva muchas décadas «tomada» por una cúpula sindical corrupta y demasiado politizada, a la que más que las aulas le interesan los privilegios. Los maestros tienen sueldos bajos, con lo que tampoco tienen motivación para comprar libros ni prepararse más, y encima no hay una tradición de lectura, como sí la hay/hubo en la isla. Además, las bibliotecas mexicanas son muy escasas y con catálogos pobres, con lo que tampoco son un recurso socorrido. Esos son rasgos que diferencian a México de Cuba.
        En México ha habido iniciativas como las ferias del libro (la de Guadalajara es la mayor y más famosa pero hay otras varias), poner un precio único al libro para que las cadenas comerciales no aprovechen el volumen de sus ventas para dar tremendos descuentos que afecten a las librerías pequeñas, una campaña fuerte de «promoción de la lectura», entre otras, pero al final leer sigue siendo algo marginal. A la mayoría de los mexicanos ni les interesa, ni le ven provecho alguno ni les alcanza el sueldo para comprar libros. Es así de triste, no se puede tapar el sol con un dedo.
        Gracias de nuevo por enriquecer tanto este tema.
        Saludos

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  2. Interesante reflexión y lamentablemente muy cierta, por eso hay que leer mucho más… si lo vemos en un sentido opuesto «leer nos ayuda a la economía entonces, porque dejamos de comprar cosas innecesarias»
    SALUDOS

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  3. Estupenda entrada D., aunque no estoy del todo de acuerdo con las premisas de Junot Díaz. Aquí en la Argentina no se lee cada vez menos, y esto no es una expresión de deseo o una alucinación temporal. Tampoco es que la lectura sea masiva, pero vamos, la lectura nunca lo fue, aun en los tiempos en que no existían medios de comunicación masivos.
    Creo que, sin duda alguna, se debería leer más; pero, insisto, no creo que se esté leyendo menos o que la curva decreciente sea tan pronunciada ni tampoco tan definitiva.

    Aparte: me da gusto ver que se ha acercado un nuevo gran comentador: Don camarero. Sus comentarios también nos hacen ver que las situaciones tienen que ver con cada sitio en particular, más allá de las generalidades del caso.
    Cariños.

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  4. El caso feliz de Argentina no creo que pueda extrapolarse al resto de América Latina, querido Borgeano. Al menos, definitivamente no a México. Me fascina la vitalidad de las letras allá, los muchos autores, editoriales, publicaciones nacionales. También me parece precioso que las librerías cierren a la 1 o 2 de la madrugada! Es una sociedad lectora en esencia, pero por desgracia México dista mucho de esa realidad: aquí la curva de lectoría va a la baja.
    Y en cuanto a Don Camarero, sí, es un gusto tenerlo por aquí y una delicia leer sus opiniones inteligentes.
    Abrazo

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  5. Justamente leí a Junot con su desolador «this is how you lose her» hace algunos meses recién llegaba a Heidelberg. Ahora me entero por ti que ha sido premiado y siento cierta justicia.
    En cuanto a su comentario, relacionado directamente a USA y a los otros comentarios relacionados a latinoamerica y aquellos que tienen cabida en la maravillosa Cuba, considero que como todo en esta vida, todos tienen razón, a su manera y en su propia realidad. Todo es «context specific». Las razones son diversas y los efectos otros tantos. Algunos tienen sentido solo en un determinado contexto pero no por eso son menos verdaderos.
    En cuanto a mi actual realidad debo decir que la gente en esta ciudad alemana lee de una forma desesperada. En los trenes, trams, buses, caminando por la calle, sentados en un café, en fin. Los libros se anuncian cada quince días como un gran evento fuera de las librerías y tienen miles de flyers y pósters acorde. En las estaciones/terminales, siempre hay una librería conteniendo el frenesí de la gente. Leen a la antigua con libros impresos o con todo tipo de tabletas electrónicas, aunque definitivamente los libros impresos superan en frecuencia a estas últimas, en un radio cercano al 6:1. Sin embargo, apenas hace un par de meses leí en el periódico dominical que una de las grandes cadenas de librerías en la región (desconozco si pueda ser a nivel nacional), está quebrando y comienza un cierre paulatino. Resulta aún más curioso dado que esa misma cadena tiene el mayor «market share» de libros tanto impresos como electrónicos en todo el Estado. Eso me hace preguntarme si será una cuestión de demanda, de oferta o de «simple» management. En cualquier caso, como dice Dylan, The times are a-changing, igual que siempre, es decir que al mismo tiempo, todo sigue igual, lo cual demuestra que todo es «context specific», ¡ja!

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    1. Sin duda, queridísimo y extrañadísimo amigo: todo y todos somos context specific. Qué envidia me da lo que estás viviendo, toda esa locura por leer me causa emoción (y sobre todo porque son libros impresos, jeje, recuerdo las largas discusiones que nos echamos al respecto). Como dices, quizá cerrar la cadena sea una decisión de negocio: los libros electrónicos evitan pagar por inventario, no demandan la renta de un local, requieren menos personal para su venta. En fin, a ver qué estaremos comentando sobre ello en unos 10 años…
      Te abrazo fuerte

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