He dicho antes (creo) que en otra vida espero convertirme en árbol. Me gustan, admiro su solidez y su capacidad de adaptación, sus ganas de vivir, la virtud de mirar siempre hacia arriba. Adoro su corteza inamovible, bajo la cual late calladamente la savia. Quiero pensar que un día compartiré esas cualidades. De momento, con esta foto me queda claro que alguien tuvo la idea antes que yo.
palabras a flor de piel 
pero no te sentiriás un poco cautiva y sin poder moverte?
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Probablemente, Aquienle, pero a cambio podré aprender a ver los cambios sutiles de cada atardecer y encontrar que cada uno es diferente.
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Me encanta! Cuando era adolescente quería volver en árbol, por las mismas cualidades que describís. Hoy si es posible la reencarnación, quiero volver mujer afro, para tener todas las ventajas de la piel, las curvas, la alegría a pesar de las tristezas, para llevar el ritmo de la tierra en mi sangre, pero sobretodo, reencarnar con todo lo aprendido en esta vida, no vaya a ser, que lo tenga que aprender de nuevo. 🙂
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Je, me acabas de matar, Nélida de mi alma! La idea de reencarnar en una mujer negra me parece lo más de lo más, en especial porque amo esos cuerpos naturalmente perfectos, su humor, su alegría, su ritmo, su piel resistente al sol (siendo que la mía, blanca a morir, es una verdadera lata). Ya está, te copiaré: en la siguiente vida quiero regresar en mujer negra y ya para la otra, en árbol.
Abrazos rítmicos
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Seguramente daras sombra y flores al caminante.
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Eso quiero pensar, pero seguro que el día en el que me agarren de malas cubriré de hojas al pobre que se pare debajo mío.
Divertido esto de pensar cómo será tu «personalidad de árbol».
Saludos con cariño, Rubén
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Si te haces árbol yo me hago pajarillo y me monto el nido en una de tus ramas 🙂
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No sé si ésa es una propuesta indecorosa o una metáfora tierna. Mejor me quedo con la duda, querido.
Abrazo
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Entre tú y yo lo indecoroso no cabe 😀
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=)
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¿No es increíble cómo la imagen cuenta una historia en sí misma? La veo y la reveo y me sigue sorprendiendo.
Saludos
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Pensaba que era la única que soñara con reencarnar en un árbol. Me encanta haber encontrado a un ‘alma gemela’. 🙂 Espero poder renacer al menos una vez como un olmo, y pasar un par de siglos sólo contemplando el universo, meditando y ser parte de los cambios maravillosos de la naturaleza.
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