
Este cartón del humorista chileno Olea no merece que lo eche a perder con un comentario vano, de modo que lo dejo por aquí y me voy en silencio, tratando de no despertar a los encantadores bichos hijos de la chingada que hicieron su hogar bajo mi colchón.
Que el lunes no sea tan descaradamente lunes.
Un cartón que dice mucho más de lo que contienen sus palabras; tal como debe hacer un buena obra que se precie (después, el hecho de que consideremos a un cartón como «arte menor» es cosa nuestra o del mercado).
Abrazos de lunes los que, entre nosotros, valen tanto como los de cualquier día.
P.S.: El odio a los lunes y el festejo por los viernes me parece otra tontería copiada a Gringolandia, la mayor fábrica de tonterías, si vamos al caso. ¿Estoy muy equivocado?
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