Lo escribió Wilde en el prefacio de El retrato de Dorian Gray. Y es así: el arte no sirve para objetivos medibles. Rentables. Productivos.
Por eso resulta indispensable.
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palabras a flor de piel 
Siempre me fastidió el ¿y eso para qué te sirve? Yo carezco de sentido práctico.
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Mira a quién se lo dices. Tiene gracia. Y nosotros, felices en nuestro mundo alterno.
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Otra que enfurece a más de uno: «Art is not democratic». Richard Serra.
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Y sí, coincido con la frase.
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Me parece que el arte sí tiene una función: humanizar.
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No creo que todo arte humanice, al menos no creo que lo «deba tener» por objetivo, aunque con frecuencia una pieza nos mueva en esa dirección.
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Los juegos de palabras de Wilde son tan precisos y certeros que son todo un volumen en sí mismos. Uno no los agota nunca, o para decirlo de otro modo: abren tantas puertas que se podrían escribir volúmenes a partir de ellos. También de El retrato de Dorian Grey: «La única diferencia entre un capricho y una pasión para toda la vida es que el capricho dura un poco más».
Que sea un capricho, entonces.
Cariños.
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Me recuerdas lo de que el amor es eterno mientras dura, lo cual de alguna forma implica que los caprichos duran más. Salve, el capricho!
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