Se llama Linda Pastan. Me atrapó hace unos meses con su transparencia que engaña, porque parece fácil acercarse a ella. Pero no. Hay que volver muchas veces para percibir sus corrientes hondas, el gesto apenas sugerido. Primero busqué cómo había sido versionada en español la aparente llaneza de su voz y me encontré que casiSigue leyendo «Estoy obsesionada con esta mujer»