Hace un tiempo me dio por pensar cuáles son mis palabras favoritas. Todavía no termino la lista pero ahí van algunas, con todo y las razones que las acompañan:
borborigmo: ruido de las tripas cuando hacen digestión. Me gusta que es casi una onomatopeya, la palabra misma es como lo que describe y al pronunciarla siento que algo en mi vientre se acomoda.
lavabo: su etimología es fascinante. Nace en la Edad Media: resulta que durante la misa, que se decía en latín, mientras el sacerdote se lavaba las manos recitaba un fragmento del Salmo 26 que empezaba justo diciendo: «Lavabo inter innocentes manus meas» («Lavaré en inocencia mis manos»). La gente empezó a identificar la palangana donde el cura se lavaba las manos con la palabra y así dio en llamarle «lavabo».
burbuja: me encanta porque es ligerita, sin ropas, sale volando.
peliagudo: según la Real Academia (DRAE) se dice del animal de pelo largo y delgado; coloquialmente se refiere a algo difícil. ¿Cuál es la relación entre el significado literal y el coloquial? No sé pero siempre he dado en pensar que cuando algo es particularmente complicado pone «los pelos de punta», es decir, los pone puntiagudos, afilados.
Dania: anagrama de Diana, diosa romana de la cacería, y palabra que con sus vocales abiertas y su magia nombra al ser más luminoso que conozco.