Un privilegio: pasar los Días de muertos en Oaxaca

Pasar los Días de Muertos aquí es un regalo envuelto en papel de colores. No sólo porque la fiesta me fascina por su mezcla de humor, ternura, tradición, sincretismo, sino porque Oaxaca de por sí seduce y más en estas fechas. Además, aquí nacieron mis padres y abuelos, tengo tíos y primos oaxaqueños, de modo que también me une un vínculo emocional fuerte con estos aires que desde niña respiraba cada año en visitas familiares. Encima, ahora que busco con qué ilustrar esta nota me encuentro en Internet con esta imagen de un altar de muertos, mismo que hace años montó mi tía Marti en Oaxaca: la mujer de la foto del centro, a quien está dedicado el altar, es mi guapa abuela Martina.

Los días siguientes los pasaré en este suelo entre amigos queridos, familia entrañable, mezcales, tlayudas, cecina enchilada (la única carne que soy capaz de comer con gusto), quesillo, totopos, música y fiesta. Que alguien me diga que no es un absoluto privilegio.

Publicado por Julia Santibáñez

Me da por leer y escribir. Con alta frecuencia.

7 comentarios sobre “Un privilegio: pasar los Días de muertos en Oaxaca

  1. Privilegio que habremos de compartir, querida Julia. En esa Oaxaca que me enseñó a ser humilde, a encontrar la alegría entre las brutales carestía del istmo y la sierra del sur, poblada por los chontales. Estamos listos!

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  2. Sin duda, poder vivir esa festividad tan cara a la tradición mexicana debe ser algo digno de vivirse. Espero tener la fortuna de poder vivir una de ellas y anoto a Oaxaca como destino ineludible (ya el mismo nombre tiene, para mí, reminiscencias exquisitas).
    Una ligero escalofrío recorrió mi espalda cuando leí la historia de la fotografía. Da un vuelco al texto y, de ser posible, lo vuelve más íntimo aun.
    Cariños, Danioska; y me alegra saber que lo estás pasando tan bien.

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    1. Muchas gracias, querido Borgeano, no te imaginas lo feliz que estuve y lo bien que la pasé. Si bien las festividades de muertos son muy importantes en México, en Oaxaca lo son más aún, hasta el punto de convertirse en «la fiesta» central del año. La convivencia de la muerte con la vida se manifiesta de todas las formas posibles, todas ellas mágicas. En efecto, ojalá algún día puedas disfrutar esta tradición en Oaxaca, creo que la disfrutarías. Un abrazo…

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