Hace tiempo no subo fotos de texturas que me obsesionan, esas que pasan casi inadvertidas pero cuando se hacen presentes congelan el instante. Entonces causan comezón en los dedos, ansiosos (casi locos) de estirarse a «leerlas» para compararlas con las que guardan en su memoria. Aquí algunas de ellas, captadas no-importa-dónde.
(Para otras fotos similares que viven desde hace tiempo en este blog da click en los posts Obsesión por la texturas http://wp.me/p1POGd-hF y Segundos extrañados http://wp.me/p1POGd-pK ).
palabras a flor de piel 
yo conozco el árbol de la primera foto, le llaman en mi tierra pochota, que no es otra cosa que una especie más de ceiba y da como fruto una especie de algodón que la gente cosecha para hacer sus almohadas…
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Gracias por el dato, no sabía! Yo nunca lo he visto en México, éste lo tomé en Buenos Aires (allá le llaman árbol borracho). En primavera se cuaja de flores, hermoso.
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en Oaxaca hay muchos, es el árbol de mi infancia y sus flores eran el pretexto de mil historias
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Caray, toda mi familia es de Oaxaca y fui mucho en mi infancia, pero o lo vi y no lo recuerdo o de plano lo pasé de noche!
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la próxima vez que vayas los vas a encontrar, uno no pone atención en la infancia de esos detalles, sobre todo cuando va de visita a un lugar, yo era habitante de arboles y ese era uno imposible de escalar, ya sabes porque….en la ciudad de Oaxaca hay uno muy viejo, solo que ya no se le ven las espinas
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apenas en noviembre estuve en la ciudad de Oaxaca y ni por asomo los vi. La siguiente vez que vaya estaré atenta. Gracias por el dato.
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pregunta quien lo conoce, incluso te vas a llevar una sorpresa, también los viste en Chiapas
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texturas preciosas amigo. saludo y que pases un feliz dia
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Gracias, igualmente (aunque sea lunes!)
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La primera de ellas, en un primer momento, me costó comprenderla. Me pareció un paisaje africano tomado desde Google Earth o algo así, hasta que me di cuenta de que era la corteza de un árbol. Realmente merece ir primera en el post. La séptima aun no sé qué es, parecen esos hongos que suelen poner en los techos de los teatros, pero éstos no suelen colocarse de manera tan simétrica.
La verdad es que son estupéndas, pequeños fragmentos de realidad que van más allá del límite de la imagen.
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La primera, como comenté con Carlos Efron, la tomé en Puerto Madero y me dijeron que le llaman «árbol borracho». La séptima es la parte de abajo de una caja de chocolates!!
Abrazo texturizado
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Muy bueno, ahí voy a verla otra vez.
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Nunca más literal: be my guest…
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