Hace un par de días vi este cartón en el FB de mi querida Patricia Torres Maya. No puedo dejar de compartirlo sobre todo porque si bien la hipocondria no es para nada mi tema, me confieso altamente tipocondriaca: los errores de ortografía me generan sofocos.


Aprendi de mi abuela, que «leer faltas de puntuación o de ortografía es como hablar con alguien con mal aliento».
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Arghhhh, perfecta metáfora…
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A mi me dan escalofríos.
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Taquicardia, asco, deseos de vomitar! Jaja, exagero pero lo cierto es que sí es molestísimo!
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A mí me huele el aliento, siguiendo con el símil de Sina, pero uso correctores ortográficos como dentrífico 🙂
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Buena idea, la mercadotecnia ayuda!
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