
Por mi parte nunca he tenido dudas, pero aprovecho este cartón de Liniers para subrayar mi declaración de principios a pocos días de arrancar un nuevo año. No, no soy normal, tampoco mis amigos, ni mi familia ni la gente que quiero porque, como dicen que dijo Caetano Veloso: «visto de cerca nadie es normal». Y supongo que está bien.
dicen que el más normal esta aprendiendo a medir las silabas. besos y rosas y feliz año nuevo querida amiga. y que siempre los hados te mimen.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Con que los hados no me jodan me doy por bien servida, querido. Gracias por los buenos deseos, otros tantos, cariñosos y multiplicados, para ti.
Me gustaMe gusta
jajaja los hados aman la belleza asi que
Me gustaMe gusta
no hay porqaue preocuparse. besos y rosas.
Me gustaMe gusta
No, no eres normal. Y sí, así estás bien. Muy bien. Yo tampoco soy normal y tal vez -siendo lo que es esta sociedad- sea eso lo mejor que tengo. También, por lo mismo, me gusta estar entre locos, quiero estar entre ellas y ellos, a diferencia de Alicia. Porque, para empezar, su locura es mental pero no psiquiátrica -o no psiquiátrica pero sí mental. Y esos locos valen toda la pena.
Saludos!
Me gustaLe gusta a 1 persona
«Los locos somos otro cosmos», decía un cuento ricamente aliterado de Óscar de la Borbolla. Y sí, los locos somos intensos, divertidos, desgastantes, paranoicos, enredados, entregados, nos queremos comer el mundo a mordidas. ¿Hay de otra?
Un abrazote
Me gustaMe gusta
Creo que no hay de otra, porque de esta es la mejor.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me gusta esa voz. Suscribo.
Me gustaMe gusta
¡Qué aburrido ser normal! Pero, ¿qué es «ser normal»?¡Si en las diferencias es donde todos nos enrriquecemos!!!!!!!!!!!!!
Me gustaLe gusta a 1 persona
No tengo mucha idea de lo que sea, porque claramente la palabra no está en mi diccionario, pero parece ser que es ser siempre razonable, mesurado, responsable, cauto. Coincido: con lo ricas que son las diferencias y las indecencias.
Me gustaMe gusta
Perdonarás que ahora hable el científico social -que a eso me dedico profesionalmente- pero me parece que no sobra: mi perspectiva es que «normal» es valorar -por herencia cultural, es decir, por inercia- el ser socialmente obediente; si valoras la obediencia social sin más y te esfuerzas por sostenerla contra «la locura», eres «normal». O tiendes a serlo. Por eso la normalidad pasa por PARECER siempre razonable, mesurado, responsable y cauto, en un contexto irracional determinado, no por real y verdaderamente serlo, en términos estrictamente racionales. Quitando las partes ilustradas/liberales donde ellas mismas estén arraigadas, la mayoría de los pilares de nuestra sociedad son lo contrario: no son razonables (sí prejuiciosos), son desmesurados (nomás hay que ver los castigos a la mujer disfrazados de defensa del derecho a la vida), son irresponsables (pobreza y desigualdades extremas…) y no son cautos (súmense los tres paréntesis anteriores: riesgos de todos tipos por todos lados). Esta sociedad es al mismo tiempo antiigualitaria y uniformizante, rechazando diferencias individuales e igualdad de derechos y defendiendo diferencias socioeconómicas ilegítimas, por lo que es en los hechos una sociedad profundamente indecente. Así que, para mí, la auténtica decencia del no humillar está en otra parte: en mucho de eso que la sociedad ve como indecente. Por eso, ser «loco y anormal» sería algo socialmente responsable.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me encantó que asomara el científico social que vive en ti, José, porque enriqueció la discusión de manera exponencial. El tema, como bien lo señalas, es PARECER. Es decir, a nadie le importa lo que pase puertas adentro de tu casa o de tu cabeza, el asunto es que parezcas obediente, decente, promedio. Si lo simulas exitosamente da lo mismo si eres un maldito pedófilo, asesino o explotador. Ahí están ejemplos «encomiables», varios de ellos dentro de estas instituciones tan respetables, ja, como la Iglesia y la política. Ahí está el mismo Marcial Maciel, por hablar de un caso muy visible, y de muchos políticos ni hablar. Claro, no voy a hacer la milonga de «pobres de nosotros que tratamos de ser congruentes», para nada. Más bien, afortunados de quienes procuramos mantener una cierta coherencia entre lo que decimos que hacemos y lo que hacemos. Entre lo que decimos que pensamos y lo que pensamos. Me parece que hoy en día es una suerte de privilegio tenerlo en la lista de propósitos de vida. ¿Para qué? No sé, supongo que para poco, pero eso poco creo que es de gran valor.
Un abrazo
Me gustaMe gusta
«…por eso a mis amigos los mido con vara rasa…» 😉 😀 Una variación de un conocido refrán dice: «Dios los cría y ellos se apeñuscan».
¿Será por eso que me quedo por aquí? 😉
Un beso loco.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Por eso será, por lo mismo por lo que nos encontramos y nos quedamos en el afecto mutuo.
Besos dementes.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Tampoco creo yo que nadie sea normal. La normalidad es una máscara para camuflarse entre la sociedad.
Como dijo el gato de Cheshire «estamos todos locos aquí»
Me gustaLe gusta a 1 persona
Asimismito. No soy ni quiero ser normal. ni pretender que lo soy ni querer engañar a nadie con que lo intento. Sabio, ese gato. =)
Me gustaLe gusta a 1 persona
Todos somos seres extraordinarios en la distancia corta, y estaría muy bien que tomáramos conciencia de ello, porque quizás así valoraríamos más la vida ajena.
Un abrazo, ser extraordinario. 😉
Me gustaLe gusta a 1 persona
Lo extraordinario es, justo, fuera de lo ordinario, de lo vulgar y cotidiano, de lo «normal». Entendido así, un abrazo grande para ti, muy querido extraordinario.
Me gustaLe gusta a 1 persona