Verano de 1975. Jorge Luis Borges y Ernesto Sábato llevaban más de dos décadas sin hablarse, enemistados por sus respectivas posturas políticas. La revista argentina Gente les propuso reunirse y conversar. Ambos aceptaron. Platicaron sobre, idiomas, traducciones, de títulos de libros. Aquí, un pequeño fragmento de esa plática:
«[…] Jorge Luis Borges: —Me acuerdo de una frase feliz de Paul Groussac. Decía que Sarmiento sabía el latín y sospechaba el griego…
Ernesto Sábato: —Suele decirse: ‘Fulano domina varias lenguas’. Generalmente, uno no domina ni la de uno.
B.: —Más bien está dominado por ellas…
S.: —Además, entre las lenguas hermanas hay pequeñas sutilezas devastadoras. El tiempo hace que las palabras deriven hacia significados opuestos: ‘nimio’ era ‘grande’; ahora es ‘pequeño’.
B.: —’Cold’ (frío, en inglés) quería decir antiguamente lo contrario: ‘calor»‘ Pasó el tiempo y se olvidaron de su significado. Sabían que tenía algo que ver con la temperatura, pero no si era ‘frío’ o ‘caliente’.
S.: —Claro. ‘Cold’ se parece mucho a ‘caldo’, que es ‘caliente’. La raíz común es el sánscrito».
Me intriga la posibilidad que plantea Borges sobre la etimología de «cold», aunque no he encontrado dónde sustentarla. Lo que es un hecho incuestionable es la etimología de «nimio»: viene del latín «nimius» y significaba excesivo, demasiado. El sentido actual de insignificante, minúsculo viene de «una mala inteligencia de frases como cuidado nimio«, señala Joan Corominas en su Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana (Gredos). Por su parte, el Diccionario de Etimologías de Chile (en línea) señala que el cambio de significado podría deberse a una asociación popular de tipo etimológico basada en el latín «minimus», pequeño, en palabras como «mínimo».
Además de la fascinación que me generan las etimologías y ésta, de nimio, es preciosa, me quedo también con esta otra joya, de Borges: Uno no domina una lengua, más bien es dominado por ella(s). Qué lujo, oír conversar a Borges con quien fuera, incluso Sábato.
Da click aquí para ir a la entrevista aparecida en la revista Gente en 2004.
Parece que Sabato no te cae muy bien que digamos…
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Digamos que no soy su fan, sobre todo como persona. Su perenne actitud de «sufro mucho como escritor, mejor me debería dedicar a otra cosa» me choca, por no hablar de sus inconsistencias políticas.
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Sabato me parece un personaje desubicado, quizá por eso me despierte simpatía.
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A mí más que desubicado me parece maestro del blof, de la pose y la conveniencia. Creo que es lo que me repele de él.
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Veo que sabes mucho más sobre Sabato que yo, me empieza a picar la curiosidad. Quizá algún día…
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Tal vez quieras revisar el título del post…
Abrazo.
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¡Qué torpeza cometí! Mil gracias, no me había dado cuenta (me preocupo).
Abrazos.
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Quien tuvo la idea de reunirlos fue Orlando Barone, quien luego compiló esa conversación (o conversaciones, no recuerdo bien) en un volumen (el cual puedes encontrar aquí: http://laberintosdeltiempo.blogspot.mx/2015/09/dialogos-entre-sabato-y-borges-para.html ). Tal vez mi entrada de hace un par de días («La pesadilla de San Ambrosio») tenga relación con ese error etimológico al respecto del término «nimio».
Por último, me encantó esa ironía final sobre todo, como bien sabes, porque tampoco me cae muy bien Sábato.
Abrazos.
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Interesante lo que señalas sobre Orlando Barone. Hace un par de años conversé en Buenos Aires con Alfredo Serra, quien fue editor de Gente y quien de hecho firma el artículo al que nos referimos. Él me comentó que la idea fue suya. En fin, el asunto es que los reunieron.
Y en cuanto a lo de «nimio», claro, apuntas bien: la confusión perfectamente pudo venir de esto.
Una fan de Borges y no-tanto-de-Sábato a su ídem
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Es vox populi que quien propició el encuentro fue Barone aunque, claro está, no tengo pruebas en beneficio de ninguno de los dos contendientes, así que me llamo a silencio hasta que algún día se sepa la verdad (tampoco es que importe demasiado, si vamos al caso). Que se rompan los cuernos entre ellos, nosotros aboquémonos a la lectura que es lo que más nos conviene.
Abrazote.
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Suscribo. Que el mundo ruede. Nosotros leamos.
Besos.
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