Me impresiona su imagen, tan sombra. La había visto en Londres, pero más bien como excepción. Aquí en Estambul parece la norma con su manto negrísimo que cubre cabello, cabeza y cuerpo, incluido el rostro. Apenas queda una línea libre para los ojos y a veces ni eso: los cubre una especie de malla. LosSigue leyendo «Mujer tras una burka (Crónicas desde Turquía 3)»