Pocos días tan complicados como hoy. Siento que cargo suficiente presión como para tres personas. Y sobra. En medio de todo, sin demandar respuesta recibo mensajes de texto interesados en lo que me pasa. Luego, una llamada remojada en ternura y dos besos suaves por el auricular aceitan mi sonrisa. Supongo que eso explica por qué estoy enamorada.