En la sala de espera, ella se acercó: «No traigo reloj. ¿Me das tu hora?» y él le dio todas y cada una del resto de su vida.
Y un poquito más adentro
En la sala de espera, ella se acercó: «No traigo reloj. ¿Me das tu hora?» y él le dio todas y cada una del resto de su vida.
Me da por leer y escribir. Con alta frecuencia. Ver más entradas