Hacer yoga tiene mil y un ventajas, una de las cuales queda resumida en esta frase. Es una maravilla poder doblarse en cualquier dirección y regresar a la vertical. Y, claro, esto aplica tanto a nivel físico como emocional: en ambas esferas, la rigidez suele conllevar imposibilidad de fluir, dolor, lastimaduras varias. Por eso, los necios que intentamos posturas imposibles las hacemos porque queremos poco a poco «aprender a ser flexibles»… en el salón de yoga y en la vida diaria.
Qué pasó que ya no te gusta la entrada? Un saludo (por saber)
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Perdona, no entendí: ¿a qué entrada te refieres? Si hablas de tu blog, sí, me gusta, pero no he tenido tiempo de visitarlo estos días!
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Creo que te he confundido con una foto de perfil parecida. sorry y saludos. Me encanta tu blog
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No te preocupes, saludos…
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