Hoy, Día de la Virgen de Guadalupe, hordas de creyentes saturan la Basílica ídem en la capital mexicana. Se les ve esperanzados, abrazando imágenes de la Morena del Tepeyac, que llevarán de vuelta a casa como amuleto invaluable. Llegados de rodillas, sangrantes y con la espalda lacerada en señal de máxima piedad, juran que la Virgen ahora sí les cumplirá el milagro. Quienes no creemos nos unimos a fuerza a la celebración desde las primeras horas del día, cuando miles de cohetes estallan para felicitarla. No hay forma de ignorar que llegó el día-de-la-virgen porque el culto guadalupano es decibélico: a mayor tronido, más devoción.
Inducidos a la fe por siglos, seguidores de la tradición, adoctrinados por los medios, víctimas gozosas del merchandising que los lleva a comprar rosarios, pulseras, dijes y estampitas, los fieles inundan hoy la Basílica guadalupana, uno de los dos puntos neurálgicos del Distrito Federal, según dijo el escritor Carlos Monsiváis (por si alguien tenía la duda: el otro es el Estadio Azteca). Ésta es, quizá, la muestra de cultura popular más sonora, literal y metafóricamente hablando, de este contrastado mosaico que es México.
palabras a flor de piel 
La religion es el opio de los pueblos.
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Lo suscribo.
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No deja de producir una mezcla de sensaciones este tipo de imágenes, de celebraciones, de necesidades. Quienes tenemos la suerte de no haber sido adoctrinados (o de haber tenido la suficiente fuerza espiritual para abandonar ese adoctrinamiento, según el caso) no podemos menos que sentir una profunda pena por esa gente que tanto necesita de ayuda. Lo que es despreciables es aquel que usando esas necesidades explota más aún a esas pobres personas. Sean comerciantes o sacerdotes, ellos sí me producen un profundo asco, no el creyente humilde y sincero.
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Sí, el tema me genera sentimientos encontrados. En general siento pena por la fe ciega de los fieles, aunque a veces me da cierta envidia la capacidad de creer sin cuestionar nada. Los que sin duda nunca me generan simpatías son, precisamente, los que usan la fe para sus fines terrenos. A esos sí, el infierno les queda corto.
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Me encantó tu post. Lo reblogueo.
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Perfecto, adelante!
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Reblogueó esto en Luthierzebethy comentado:
Realmente coincido en que el culto es decibélico. De donde yo estuve los tronidos de los cohetes y pirotecnia se mezclaron con una peregrinación de 18 microbuses que iban adornados de globos y tocando las bocinas a todo lo que daban.
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Precioso, cultura popular, adoración a la Virgen, se unen en el la celebración de La Virgen de Guadalupe.
Desde España, me uno en el mismo sentir con todos sus devotos allá donde estén.
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Que pases un feliz fin de semana, este escrito es un aviso para todos los que estáis en mi blog, por favor contestar. Saludos. Disculpa las moletias
http://bellezadecorazon.wordpress.com/2013/12/13/aviso-por-favor-si-o-no-gracias/
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No me aparece nada en el link!
Saludos…
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pincha ahora http://bellezadecorazon.wordpress.com/2013/12/14/aviso-por-favor-si-o-no-gracias/
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