Si el objetivo es hundir a México, estas son las acciones que pueden llevarnos a lograrlo en tiempo récord. Claro, requieren sumar las energías de todos.
- EL ÍCONO. Asumir el nuevo estereotipo mexicano, que nos terminará de desprestigiar ante el mundo: obeso, maestro del eterno paro, fan de talk-shows de quinta y, en ratos libres, narcomatón.
- LA VERDE. Por el bien de la pachequez democrática, proponerle a Fox que emplee su incontinencia verbal en una campaña con la que su correligionaria Vázquez Mota legalice su amada mota (la de él).
- LA MAESTRA. Pedir a los fabricantes de máscaras dejar de lado su buen gusto y hacer una de Elba Esther tras las rejas. Así no la extrañaríamos tanto.
- LA JUSTICIA. Hacernos de la vista gorda ante cualquier reforma (la educativa, la energética, la hacendaria, la electoral), siempre y cuando nos garanticen que el Tri llega al quinto juego del Mundial. Lo demás es lo de menos.
- LOS RICOS. Promover una colecta en apoyo de #LadyProfeco, #GentlemanDeLaPGR y demás finísimas personas que de golpe se quedan sin Twitter, sin quincenas y sin apoyo paterno (madre no tenían, de por sí).
- EL DEPORTE. Regañar a los niños triquis oaxaqueños que ganaron el campeonato mundial de basquetbol: qué es eso de jugar sin zapatos y andar causando lástimas.
- LA PLAYA. Declarar misterio sagrado la omnipresencia del espíritu de Luis Miguel en Guerrero: todos aman Acapulco hasta que viene Ingrid y tienen que demostrarlo.
- EL BANCO. Asumir, de una vez por todas, que la confiabilidad de Banxico en sus proyecciones de crecimiento del país es similar a la de la alerta sísmica: sus márgenes de error son de 8/10.
- EL GRINGO. Aprender a no ser sensibles ni tomarlo personal si los vecinos del norte nos espían. Y si nos ofendemos igual, hacerlo muy enérgicamente: encargando otra investigación.
- LA SALUD. Añadir a los libros de historia el nuevo héroe patrio: el que preocupado por nuestra longevidad, tras retirar saleros de los restaurantes ahora planea esconder ceniceros, botellas y condones.
(Publicado en revista Soho México, diciembre 2013)
palabras a flor de piel 
Nunca mejor dicho!! … Mil felicidades para ti y tus seres querids en estas fiestas decembrinas. Un gran abrazo
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Gracias, abrazo de regreso…
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Reblogueó esto en Espacio de Arpon Files.
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Estupendo artículo D.; construido con una gran herramienta: la ironía. No hay mejor modo para poner en ridículo a cualquier persona o situación que una ironía certera. Me gustó la diagramación del artículo. ¡Y qué guapa has salido en la tapa de la revista! Quiero un ejemplar autografiado.
Cariños.
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Pues qué va… hablando de relecturas, ha pasado un rato y he vuelto a leer la entrada. Esta segunda vez me he reído con ganas. Salvo dos o tres casos particulares (como el de Alba Esther, por ejemplo); los demás son comprensibles hasta para quienes no vivimos allí.
Bueno, sólo eso. Que me divertí mucho con cosas que no deberían ser divertidas; y todo gracias a ti.
Abrazote.
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Qué bien despertar tu hilaridad aun sin las referencias precisas, querido. Todos son temas locales, pero supongo que muchos resultan tan comunes a nuestra América Latina que por desgracia podrás ponerles nombres argentinos y hacerlos propios. Elba Esther Gordillo fue lideresa del poderosísimo sindicato nacional de maestros (1.5 millones de agremiados) durante más de 20 años. La corrupción encarnada, el símbolo de lo más denostable de la «democracia» mexicana, vil y acomodaticia pero útil para los políticos, fue intocable por décadas. Además satisface perfectamente el concepto medieval de que el alma corresponde con la apariencia exterior: es horrible. Incontables cirugías plásticas la dejaron hecha un monstruo, así que también es conocida como «Chucky, el muñeco diabólico» porque es igualita a ese personaje del cine. Total que este año, al ya no servir más a los intereses de los poderosos la metieron presa por lavado de dinero, ¡vaya sorpresa! En fin, ahí el contexto…
Abrazo
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Aunque las referencias son, como es obvio, locales, se comprenden muy bien. Además hay personajes como Fox o Luis Miguel que han trascendido a toda Latinoamérica. Me ha intrigado lo que dices de esta mujer, sobre todo por esa idea que sostiene, de que el alma corresponde a la apariencia exterior (¡en pleno siglo XXI! Increíble). Me has hecho recordar a aquel inglés que propuso una idea similar: la de que los delincuentes deberían tener rasgos comunes (y, por supuesto, su contrapartida: la gente de «altos ideales» tendría los suyos, los cuales, como te imaginarás, eran los rasgos ingleses). Tengo el libro por algún lado (pero sé que está en esta casa ¡por fin uno!). Ya mediste una idea para un post (Gracias). Voy a buscar algunas imágenes de Esthercita, a ver cómo quedó.
Cariños.
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Jaja, se generó un equívoco muy divertido: ¡quien sostiene la idea de que el alma y el espíritu se corresponden no es Elba Esther si no yo! Seguro que ella no estará de acuerdo, porque no podrá discutir que es muy fea exteriormente pero quizá querrá creer que es de alma noble (¿será capaz de tanta ceguera?).
Sí, esas visiones que joden a unos y privilegian a otros por sus rasgos eran muy frecuentes en el pasado y aunque nos creemos muy avanzados, sin duda las seguimos arrastrando de forma inconsciente. En fin, estaré atenta a tu post porque seguro me darás «food for thought», como dicen los gringos…
Abrazo
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ciegos, insensibles, deshonestos, sordos, ricos, pobres, obesos, enfermos, parecen ser los más interesados y desde luego los que se encargan del poder…
abrazos querida
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Lo «peorcito» de nosotros suele quedar expuesto en algunos personajes que se sientan en sillas altas. Son como caricaturas de lo más vergonzoso que tenemos.
Abrazo
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