
La Divina Sabiduría, Haghia Sofia (en griego), Sancta Sophia (en latín), Aya Sofya (en turco): estoy parada frente a la majestuosa catedral convertida en mezquita, que resume siglo y medio de historia. Mis décadas de querer conocerla terminan hoy.
Fue sitio de fe desde el año 360, pero la catedral actual fue terminada por Justiniano en 537, en la entonces capital del Imperio Romano de Oriente: por casi un milenio habría de ser la mayor iglesia de la cristiandad. Luego, cuando en 1453 el sultán Mehmet conquistó Constantinopla y la rebautizó como Estambul, Santa Sofía fue transformada en mezquita imperial. Los mosaicos de Cristo, la Virgen y los ángeles fueron cubiertos con cal, se añadieron minaretes y se construyó el Mihrab, nicho que indica la dirección a La Meca.
Pasaron casi 500 años antes de que en 1935 Atatürk, fundador de la República de Turquía, decidiera convertirla en museo. Hasta hoy continúan los trabajos de recuperación de los mosaicos cristianos (andamios cubren un muro), mientras se conservan los símbolos musulmanes. Ello hace posible ver lado a lado una imagen de la Virgen y medallones que anuncian los nombres de Alá, ángeles cristianos junto a versos del Corán, todo abrazado por la luz que entra por los altos ventanales. Ese sincretismo resulta esperanzador, así sea artificial. Además, la belleza tanto del arte bizantino como del musulmán hacen que la emoción no quepa en el cuerpo. Es un privilegio este lugar, cargado de energía desde hace siglos, en el centro de una ciudad imantada por todos los dioses.
Con esta entrada me despido de Turquía, de un viaje que me llevó a los rincones de mí misma de la mano de quien más me quiere, que se grabó en mi mente y dejó algo de mí en suelo turco. Teşekkür. Gracias.




Que ganas de visitar Sofia! Un lugar refugio de todas las religiones y ninguna a la vez
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Refugio de todas que, al final, no son tan distintas entre sí (aunque los creyentes afirmen lo contrario). Es un país en sí mismo, de verdad…
Saludos
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Está claro, Julia, que la magia de Turquía te envolvió y que se ha quedado con una pequeña parte de ti. Yo me enamoré de ella y por eso volví, quizá tú también lo hagas.
Aparte de la belleza serena de Santa Sofía, lo que de hecho me subyugó fue, pese al oportunismo de los distintos maquillajes, pensar, que todas las religiones pueden convivir en un solo espacio, siendo todas y ninguna.
Un beso de agosto…
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Con seguridad voy a regresar a Turquía, es un país demasiado hermoso para no volver un día, además de que me faltó conocer muchísimo, querida María. Y en cuanto a la coexistencia de religiones, es tal cual como lo dices: son todas y ninguna, ¿por qué no pueden estar una al lado de la otra? POr eso digo que me resultó esperanzador verlas convivir pacíficamente en Santa Sofía.
Beso lluvioso para ti
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Me emocionó tanto estar entre sus paredes…El lugar tiene una energía increíble e induce a una postura de reverencia, como si las imágenes sagradas de sus muros cobraran vida. Un saludo afectuoso y gracias por recrear este viaje.
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Gracias de verdad por acompañarme a volver a vivirlo, fue un goce repetido.
Abrazo que disfruta recordar
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Buen repaso en la historia, mucho mejor tus vivencias y las descripciones que me dieron un acercamiento material,cultural y espiritual con sabor a tu pluma. gracias por prestarme tus ojos y sentidos. Un beso y un ramo de rosas.
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Un gusto enorme contar con tu compañía, Rubén, en este recuento de experiencias que la pluma no logra describir por más que intente.
Abrazo fuerte
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Hola, Julia Santibañez. Por este medio quiero comunicarle que le he nominado al premio Dardos.
Puede revisar el siguiente enlace:
http://elrincondejed.wordpress.com/2014/08/22/nominacion-al-premio-dardos/
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Paso por tu enlace pero desde ya te agradezco infinito la nominación!
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Estar allí ha de haber sido precioso, y más en compañía de quien más te quiere.
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Ambas cosas fueron bellísimas, un coctel insuperable de emociones.
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Es curioso estuve en viajando por Turquía hace una semana escasa. Por el interior y en Estambul unos cuantos días, y tuve una conversación con un retirado coronel que me dijo mucho sobre la convivencia de una población que se declara 98% musulmana, y los aires de Europa que no dejan de llegar. Fuera de Turquía (en fin no hablemos de todo lo que hay al sur) a los turcos les parece la edad media, y es verdad que es un país que quiere modernizarse, pero no todas las mujeres pueden salir de su círculo religioso si quieren. Entre la mezquita azul, la gran mezquita, santa Sofía, y la mezquita de los tulipanes no sabría que elegir. Un blog muy interesante que nos habla de autores que debemos releer.
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Esa coexistencia de «los aires de Europa», como bien los llamas, y los siglos de historia asiática hacen de Turquía una mezcla interesantísima, contradictoria a morir. En lo personal me alucinó mucho.
Qué gusto que pases por aquí y el blog te deje algo.
Saludos
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