Dejo aquí un notable juego del poeta chileno-mexicano Hernán Lavín Cerda con aquello de Jorge Manrique, incluido en su reciente libro Al fin todo es un milagro (Secretaría de Cultura de México).
Chapó.
«Recuerde el alma desnuda, avive el seso y despierte.
¿Cuál seso, por el amor de Dios, cuál, si aquí nunca hubo seso?
Sin duda que despertaremos contemplando con lágrimas no sólo en los ojos sino también en las anteojos,
cómo se nos va la vida, coño, carajo, caballero,
cómo se nos viene la bendita o maldita muerte tan callando.
Cuán presto se nos va el placer, cómo, sí, cómo después de acordado,
¿así se dice, se dice así?, cómo después viene el dolor,
cómo, a nuestro parecer, cómo desde los orígenes,
cualquiera tiempo pasado ¿fue brutalmente mejor?».
Habría sido mejor dejar solo a don Jorge. No necesita actualizaciones ni glosas. Es tan vigente como lo fue cuando le escribió a su padre.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Sigue fresco, por supuesto, no se cuestiona. Me gusta el poema justamente porque lo subraya, desde una lectura personal.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me encantó. Me parece buenísima esa posibilidad que da la literatura de resignificar lo ya hecho. No he leído a Lavín Cerda pero me dieron muchas ganas de salir corriendo a buscarlo.
¡Abrazos polares! (por lo de oso y porque temo que lleguen congelados).
Joanna.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me gusta mucho Lavín, cultiva una veta de humor y hondura que de verdad disfruto.
Que sobrevivas el invierno uruguayo.
Abrazos desde el verano mexicano.
Me gustaLe gusta a 1 persona