De nuevo es día de regalar versos, ¿bersos?
El librero y poeta mexicano Max Ramos confronta la tibieza de la mañana con esto, de su libro Otra forma de bolero, publicado por Ediciones y punto. El libro es de factura poderosa y se divide en tres partes: Matinela, Tardería, Sombral. Lo que transcribo abajo es la introducción de la tercera parte y el primer poema.
Es brutal cómo Ramos rompe la punta de las palabras o las modifica con plastilina y así las mira distinto. Me recuerda aquello de T. S. Eliot: la poesía genuina puede comunicar incluso antes de ser comprensible. Sí, porque encuentro preciso el «Experiencia y frote oscurandamos», el «copos de lúgubra abaten mi solor»: aunque las palabras sean nuevas, me tocan porque dicen lo indecible.
Sea el #MiércolesDePoesía.
«(El hombre en su noche es llamado a cuentas. En su libreta la escritura exige. Lenguaje e idea lo tienen por amante feo. Fiebre la noche del pensamiento donde la inspiración es tabla en mar picado. La madre reaparece para morder los restos de la paz. No se es ni con la verdad. El hombre, sonámbulo de su propia historia. El hogar su cráneo. La noche, sombra generada por la humanidad ida. Se es casa sin muros).
La primera noche fuimos día.
Experiencia y frote oscurandamos.
El ti en mí, amarre desanudo,
trasterramos sin irnos de nosotros;
tu, geográfira claridias
copos de lúgubra abaten mi solor».
Max Ramos, Otra forma de bolero, Ediciones y punto
No me gusta Danoska. El reinventar palabras debe de ser algo genial, Tal vez por eso no lo siento. besos y rosas
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Es totalmente válido que no te guste. A mí me encanta. Por fortuna ambos cabemos en este mundo.
Abrazos, querido Rubén.
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